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No tiene caso ahora repetir el viejo chistorete de cuando Andrés Manuel era candidato y soltaba libros sobre temas coyunturales: Trump, el Fobaproa; cosas de oportunidad o su obsesiva admiración por Casimiro Garza, una figura sin relevancia histórica (cuando más anecdótica), a quien desde la presidencia elevó finalmente al altar de la patria después de una rocambolesca búsqueda de huesos sacralizados por decreto. En fin.
En ese tiempo se decía: ha escrito más libros de los que ha leído. Pero durante mucho tiempo se hizo casi un deporte de curiosos, adivinar la identidad de sus “ghost writers” o al menos colaboradores. Que si Ortiz Pinchetti o Chema Pérez Gay, Luis Hernández, Jaime Avilés o Nacho Marván. En fin, asuntos de poca importancia ahora y sin relevancia o trascendencia en su momento. Puros chismes.
La librería de Andrés Manuel (si no omito algo) *, siempre tuvo propósitos electorales con la apariencia intelectual de un planteamiento ideológico, como todos los actos y hechos de su vida.
En todo esto he prendado desde hace unos días porque tuve oportunidad de ver a un amigo con quien el expresidente comparte amplios espacios de confianza. Sin traicionarla, me dijo algunas cosas del persistente historiador en que se ha convertido el Papa de la IV-T mientras sus discípulos y discípulas construyen trabajosamente el segundo piso de la Transformación iniciada por su paternal y casi religioso movimiento, mientras se muelen las espinillas por debajo de la mesa.
–Lo vi en el rancho, me dijo mi amigo. Está muy bien. Repuesto, con mejor semblante. Hasta las manchas de las piel se le han quitado, algunas. Bajó de peso y dice que duerme mucho. Y está todo el, día (imita el tecleo de la máquina) dale y dale. Y es un experto en la PC”.
Si la memoria no me engaña, el enorme libro en proceso es una especie de compendio del conservadurismo en la República, desde sus remotos orígenes hasta ahora. Alguna vez lo comentó en una de sus miles de mañaneras.
La verdad, si ese es su tema, que pereza leerlo. Al menos yo no perdería un minuto en leer esa historia cuya base me suena al eco juarista de una derecha moralmente derrotada. Si ya está vencida desde entonces, menos me importa.
Pero si Andrés Manuel escribiera cómo llegó al poder, cómo consolidó su y se alzó de la nada a la cima como el más notable político de la post revolución; cómo financió su movimiento, cuántos compromisos hizo en el camino y nos diera en prosa viva (no de historia momificada) un retrato de su tiempo a través de su obra política eso sería otra cosa.
Un enorme edificio de lugares comunes sobre el conservadurismo, la derecha y todo eso, lo podría hacer cualquiera.
Poco atraería un libro de Andrés Manuel sobre LA historia. Nos gustaría –y nos serviría- el libro con LA historia de Andrés Manuel así tuviera todas las limitaciones de una autobiografía. En este caso, una autobiografía del poder.
Pero eso no va a ser. Nunca.
*Bibliografía mínima.
Los primeros pasos, Tabasco, 1810-1867 (1986)
‘Del esplendor a la sombra: La República restaurada (1988)
Tabasco, víctima del fraude electoral (1990)
Entre la Historia y la Esperanza: corrupción y lucha democrática en Tabasco (1995)
Fobaproa, expediente abierto: reseña y archivo (1990).
Un proyecto alternativo de nación: hacia un cambio verdadero (2004)
Contra el desafuero: mi defensa jurídica (2005)
La mafia nos robó la Presidencia (2007)
La gran tentación: el petróleo de México (2008)
La mafia que se adueñó de México… y el 2012 (2010)
No decir adiós a la esperanza (2012)
Neoporfirismo hoy como ayer (2014)
El poder en el trópico (2015)
Catarino Erasmo Garza Rodríguez ¿Revolucionario o Bandido? (2016)
Decadencia y renacimiento de México, (2017)
Oye, Trump (2017)
La economía moral (2020)
A la mitad del camino (2021)
¡Gracias! (2024)
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