COMPARTIR

Loading

Sin duda el impacto de la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez Ruiz, por el Frente Amplio por México, ha sido devastador no solo para el grupo en el poder, sino personalmente para el inquilino de Palacio Nacional, que pensó sería la a rival mas débil y fácil de vencer

Ante todo lo contrario, el mismo López Obrador ha querido descalificar la carrera profesional y política de la hidalguense y a su vez sus empleados han buscado por cualquier forma poner freno a esta carrera tan fuerte que ha iniciado Xóchitl directo a la presidencia de la república.

Sin embargo el tratar de enlodar el camino e intentar culparla de corrupción resulta un arma de dos filos para quien se atreve ha hacerlo. Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, ha presentado un spot donde se intenta acusar a Xóchitl de crear un cartel inmobiliario en la alcaldía Miguel Hidalgo, pero no se acuerda que el mismo Delgado fue participante de apresurar y ofrecer tres veces más recursos públicos para concluir los trabajos de la línea 12 del metro, para que fuera inaugurada por Marcelo Ebrard. Ambos pensaron que con ello se tendría un transporte público eficiente, lo cual resulto viable, pero ante la premura, la obra se hizo con deficiencias en su supervisión y término con la caída de una arte de esta línea causando la muerte y daños colaterales a los usuarios del transporte y habitantes esa zona de la ciudad.

Morena se fija en los errores ajenos y no observa los mismos, porque este fin de semana, la obra más icónica de esta Administración, el Tren Maya, mostró sus deficiencias, haciendo de un recorrido de hora y media en automóvil, una de casi diez horas.

En tanto en su informe de actividades, López Obrador aseguraba que se había terminado con la corrupción, pero se le olvidan aquellos pequeños detalles, como son los recursos que se desaparecieron en Segalmex, con montos superiores a la “Estafa Maestra” del sexenio de Peña Nieto, convirtiendo a este hecho en un doctorado de la estafa.

También se le olvida que desaparecieron recursos de los fondos y fideicomisos creados para apoyar a la gente que por diversas circunstancias caían en desgracia, ahora sin esos fondos es difícil seguir apoyando a las mujeres con violencia, a niños que puedan recibir alimentos mientras estudian, a muchas personas que necesitan medicamentos.

Porque estos recursos se aplicaron para los caprichos de López Obrador, en un aeropuerto aislado totalmente como el AIFA, una refinería que no refina y de hacerlo tendrán que pasar por lo menos tres años más, un Tren Maya sin concluir, en la compra de infraestructura de Iberdrola que en nada ha aumentado la generación de energía eléctrica. Es decir se han utilizado recursos públicos que no han dejado utilidad a los ciudadanos.

Pero a pesar de esto López Obrador, seguirá buscando ganar la continuidad de su proyecto, mintiendo un día si y el otro también, engañando a la gente para quitarles millones de pesos y regresarles solo cientos a través de su programas sociales.

Buscará sacar resultados positivos den donde no los hay, t sus secretarios de estado, gobernadores y legisladores, tendrán que trabajar todos los días buscando la manera de descarrilar la carrera de Xóchitl Gálvez a la presidencia. La hidalguense se ha convertido en un verdadero dolor de muela para López Obrador y un peligro para los morenistas que ven que su plan de permanecer en el poder cae poco a poco.

La ciudadanía ha empezado a darse cuenta que de la noche a la mañana los hijos de López Obrador resultaron ser empresarios exitosos y millonarios, mientras que millones de mexicanos son calificados de “aspiracionistas”. Que al tabasqueño poco le importan las niñas y niños con cáncer que siguen padeciendo de falta de medicamentos, que tampoco quiere hablar con las madres buscadoras, porque su negocio es con quien ocupa una tercera parte del país.

Que el derroche de recursos que muestran sus familiares es muy superior a los apoyos que recibe la gente y que tendrían que pasar varios años para que esta gente pueda hacer una fiesta o cifrarse un vestido como la hijastra de uno de los hijos de López Obrador.

El de Macuspana tiene miedo de perder y con ello posiblemente ser investigado por mal uso de recursos públicos, y hará todo lo posible para ganar los comicios del 2024. Seguirá violentando la ley a sabiendas que sus empelados dentro de los órganos electorales no le sancionaran, pero tiene miedo a la sociedad civil que despierta y para calmarlos tirara “migajas” a través de apoyos, para comprar conciencias y votos.

Repito la ciudadanía empieza a despertar y cuando así lo hace el cambio es eminente.