A 67 días de llevarse a cabo los comicios del próximo 2 de junio, los mexicanos tendremos la oportunidad de cambiar el régimen actual por otro y mantener la continuidad.
Pero para ello deberemos salir a votar y hacer que la democracia, sea la que decida y que no sean otras personas, quienes por su ambición de obtener el poder, decidan por este.
El régimen actual denominado de la 4T solo nos mostró que quien dirige dicho movimiento es un narcisista que hace hasta lo imposible por que sea tomado en cuenta en todo y en todas partes.
Así desde el inicio de su administración ha ocupado el mayor tiempo posible para hablar de él y de su proyecto, como el único viable para dar solución a los problemas del país. Esto ha quedado de manifiesto que no fue cierto, porque los problemas no solo siguen sino se han acentuado aun más, siendo precisamente este régimen parte del problema y no de la solución.
Pero el narcisismo del “líder” impide ver que ocurre y cada que habla es de un país que solo vive en su mente, en su fantasía, pero que logra engañar a millones de personas.
Pretende y lo logra, que la gente lo venere aun cuando no ofrezca ningún resultado positivo para la gente. Pero como todo narcisista, tiene la capacidad de envolver en su narrativa a millones de personas, hasta convencerlos que aun cuando no existen resultados, los objetivos principales que se trazan, algún día se darán. Por tanto el problema se resolverá.
Pero también lo ha llevado a creer que la gente no tiene dolor, oque debe recuperarse de este, porque es simplemente su aportación al país que se busca.
Así pues, este “líder” piensa que la gente debe agradecerle que les ofrezca migajas, mientras que miembros de su familia y amigos engordan sus cuentas bancarias con millones de pesos, Les hace entender que esto es parte del cambio prometido y que ser pobres es lo mejor que a ellos les puede ocurrir.
Ocupa los recursos de todos para regalarlo y arrodillarse ante otros narcisistas, comprando su membresía en ese club, aun cuando esos recursos servirían mejor para los mexicanos en la compra de medicinas o infraestructura educativa que mucha falta hace.
Porque la gente debe conformarse con saber que su “líder” tiene un “poder moral” superior cualquier ley porque la Ley y el estado es él y quien se acerca a él queda limpio de toda culpa.
Haciéndonos recordar los tiempos de la dictadura perfecta donde, que tardamos varias décadas en desterrar, pero que ahora estamos en una delgada línea entre construir otra nueva dictadura o cambiar el rumbo para que prevalezca la democracia.