COMPARTIR

Loading

NÚMERO CERO/ EXCELSIOR

La escena electoral del 2021 cambió súbitamente con la supresión del enemigo político más visible de López Obrador, su viejo rival Felipe Calderón, como cuando el contrario da positivo al antidoping antes de saltar a la cancha. A punto de iniciar el proceso, el INE aplicó criterios restrictivos para frenar malas prácticas en el registro de nuevos partidos, ante el desgaste de la vida pública por la permisividad al uso de recursos ilícitos en las campañas de que dan cuenta las denuncias de corrupción contra el expresidente y Peña Nieto. Aunque para López Obrador no fue más que el día de la revancha, que festejó como en un cuadro de Tik Tok exhortando a Calderón a tomar las calles contra el fallo.

Sin embargo, es un duro golpe a representantes de esa vieja clase política en la que creció el financiamiento ilegal de la política, tanto como al incombustible corporativismo que ponía partidos en manos de líderes sindicales como Elba o Pedro Haces para negociar con el poder con recursos de sus afiliados. Ambos derrotados, cercanos a la 4T, no fueron ni mencionados en el festín presidencial.

La decisión sorprendió por el cambio de último momento respecto al dictamen que avalaba a México Libre, de Calderón-Zavala, y Encuentro Social, el único que prosperó en votación dividida a pesar de su adscripción evangélica. Algún consejero que se pronunció en contra preveía, apenas 24 horas antes, que el dictamen difícilmente cambiaría en el pleno. ¿Qué paso? Los requisitos draconianos de los partidos para preservarse de la competencia sirvieron esta vez para desechar nuevos casos de potencial toxicidad para el propio INE, que ha tenido una relación muy ríspida con López Obrador hasta el punto de decir que, si pudiera, los desaparecería. Pero ni siquiera la decisión atemperó sus burlas y descalificación contra el INE.

López Obrador perdió la oportunidad de enviar un mensaje contra el financiamiento ilegal de todos los partidos que tanto indigna a la ciudadanía por los escándalos de corrupción. La puerta de entrada de nuevos partidos es pequeña y, sobre todo, muy cara. A los casos de éxito generalmente los ayuda un cierto disimulo en la fiscalización de sus recursos. Un aspecto que debilita, en éste y otros casos, a la autoridad electoral por ineficacia, cuando no la sospecha de usar distintos raseros de acuerdo con la coyuntura política. El argumento para dar portazo a México Libre fue no comprobar el origen de 8% (1 millón de pesos) del dinero que uso, mientras las denuncias de Lozoya revelan millones de dólares desviados a la campaña de Peña Nieto o las grabaciones a Pío López Obrador sobre financiamiento irregular a Morena en 2015. Nadie ha salido de la escena política por ello, aunque ahora es mayor su costo político por los escándalos.

Pero el fallo tiene hondas repercusiones en el juego electoral y ojalá también en prácticas tóxicas normalizadas en el mundo de la política. Bien es cierto que el árbitro nunca queda bien y, esta vez, se pensará que sirvió a la sed de venganza de López Obrador contra su antiguo rival en las elecciones de 2006, a pesar de que él mismo dijo que “ya lo perdoné de robarnos la elección”. En círculos del poder gubernamental se han debatido las implicaciones de que quedaran fuera de la vía electoral líderes que canalicen el rechazo contra la 4T en un contexto de oposición debilitada. Unos festejan, a otros les preocupa, como una calca de su polarización en las redes.

Por lo pronto, la cancelación beneficia a los actuales partidos porque fortalece su peso político para pactar coaliciones, aunque el gobierno tiene ventaja por la mayor cantidad de recursos y partidos satélites para coaligarse. Incluso el único aprobado, Encuentro Social, es un aliado resucitado que lo llevó al poder en 2018, aunque perdió el registro.

Los otros grandes perdedores, sin duda, son los corporativos ligados al sindicato de maestros y su vieja lideresa, Elba Esther Gordillo, y el de Pedro Haces, a los que por primera vez se les pone un freno a las dádivas y desviación de recursos sindicales a la política. Ojalá que su recorte tampoco sea una compensación de la ley a rajatabla contra el nonato México Libre.