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El próximo lunes, amable lector, usted conocerá las incitativas de reforma constitucional y de ley que el inquilino de Palacio Nacional enviará al Congreso de la Unión. El sentido de las mismas no serán una sorpresa, porque el tabasqueño quiere seguir mandando más allá de su sexenio y dejará “tareas pendientes” para quien asuma la presidencia en los próximos años.

El macuspano sigue pensando que será Claudia Sheinbaum, una persona que puede manejar fácilmente y que por supuesto seguirá bajo sus ordenes, pero lo que no entiende López Obrador es que mucha gente esta cansada de escuchar todos los días una gran cantidad de mentiras que ofende la inteligencia de los mexicanos.

Sin embargo, el curso de estas iniciativas, nos permitirá observar y ver exactamente quienes están en contra de un desarrollo positivo del país, de un avance para colocar México en el sitio que le corresponde como economía y Nación, es decir estar entre las diez economías más importantes del país.

De llegar a estos niveles, México podría mostrar presentar crecimientos económicos por encima del 4 por ciento hasta alcanzar crecimientos superiores al 6 por ciento. Esto permitirá, con una buena administración, que el estado ofrezca servicios de calidad, como lo es un sistema de salud que cubra al 100 por ciento de la población y un sistema educativo encaminado mas a establecer conocimientos reales que permitan a los mexicanos competir internacionalmente en el ámbito no solo laboral, sino empresarial, con bases científicas y tecnológicas, no ideológico

Por tanto aquellos, legisladores que apoyen incondicionalmente las iniciativas enviadas por el tabasqueño, serán simplemente los aplaudidores que prefieren mantener a la población mexicana subyugada a los “caprichos” de un solo hombre, que el desarrollo de una nación y crecimiento educativo, científico y tecnológico de su gente.

A estos legisladores, los deberemos aborrecer y no votar por ellos porque se han convertido en la piedra que impide el desarrollo de México.

Esos legisladores, son 90 por ciento lealtad y 10 por ciento de conocimiento, es decir, verdaderos empleados del tabasqueño, y por ello los deberemos dejar fuera de cualquier otro cargo de elección popular.

Porque estos legisladores al igual que su “patrón”, tienen miedo de la rendición de cuentas y transparencia, porque actuar en la opacidad deja muchos recursos económicos que bien podrían aprovecharse a favor de la gente y no solo en los bolsillos de los hijos del presidente y de senadores, diputados gobernadores, alcaldes y regidores que prefieren seguir viendo a México con retrasos importantes en todo sentido.

En este sexenio México retrocedió varias décadas para establecernos en las políticas populistas de Luís Echeverría y López Portillo, que dejaron crisis económicas,

Retrocedimos en nuestra democracia porque se quiere imponer no una presidencia sino una monarquía, donde una sola persona con el cobijo de las fuerzas armadas nacionales y otros grupos armados, domine todo el territorio nacional, haciendo a la presidencia dueña todos los recursos, riquezas y pobladores de México, aun cuando la esta sea más débil y otros poderes fácticos pueden asumir ese papel.

Retrocedimos en transparencia, porque al tabasqueño no le gusta rendir cuentas, porque cree que México es una chequera personal y el puede disponer de todo ello.

Por ello no podemos permitir que se siga concentrando el poder en una persona, o su “títere”, porque ya vemos los resultados

Es el momento de conocer verdaderamente quienes son traidores a los mexicanos por su sed insaciable de poder y por querer quedar bien con el “jefe”. La decisión la tomará usted, y decidirá que camino deberá seguir México en los próximos años.