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La obra insignia del sexenio se ha convertido en un símbolo de improvisación, corrupción y riesgo para los mexicanos.

A decir del legislador federal del PRI, Christian Castro Bello, el descarrilamiento de un vagón del Tren Maya en Izamal, Yucatán, no es un accidente aislado. Es la prueba más clara de que este megaproyecto, presentado como el emblema del “progreso” de Morena, está marcado por la improvisación, la corrupción y la negligencia.

Añadió que lLo que el gobierno intenta minimizar como un simple “error humano” en el cambio de vías, en realidad exhibe la ausencia de sistemas modernos de seguridad. ¿De qué sirvió gastar miles de millones de pesos si no se cuenta con la tecnología básica para prevenir fallas elementales? Este hecho no solo pone en riesgo a los pasajeros, sino que desnuda la mentira de un proyecto que nunca estuvo diseñado para servir al pueblo, sino para servir a los intereses políticos y económicos de un grupo en el poder.

«Morena prometió un tren de clase mundial. Lo que entregó fue una obra apresurada, con deficiencias graves, construida al vapor para cumplir caprichos del expresidente. El resultado es un tren que no garantiza seguridad ni confianza. La prisa política, la falta de planeación y el desdén por los estándares técnicos han convertido al Tren Maya en un verdadero riesgo para México», señala.

A esto, dijo se suma un tema aún más grave: la corrupción. Persisten denuncias de contratos irregulares y beneficios otorgados a los hijos del expresidente López Obrador. ¿Cómo puede hablar Morena de “austeridad” y “honestidad” cuando los recursos de esta obra parecen haber servido más para enriquecer a una élite cercana al poder que para construir infraestructura de calidad? El pueblo de México merece respuestas claras sobre el destino de cada peso invertido.

Por lo que el impacto del descarrilamiento no es menor. Se ha dañado la confianza de la ciudadanía, del turismo y de la inversión en el sureste del país. El Tren Maya, que debía ser un motor de desarrollo, hoy es percibido como un riesgo latente. Este es el verdadero legado de Morena: obras faraónicas, costosas, inseguras y sin visión de futuro.

«No basta con reparar unas vías o dar explicaciones a medias. México necesita una investigación independiente y profunda, que deslinde responsabilidades y sancione a quienes, por corrupción o negligencia, han puesto en riesgo vidas humanas. Se requiere además un plan integral de mantenimiento y operación que garantice que los errores no se repitan.–

«Hoy, el Tren Maya no simboliza progreso: simboliza el fracaso de Morena. Es el resultado de un gobierno que privilegió la propaganda sobre la seguridad, la opacidad sobre la transparencia y los intereses políticos sobre el bienestar de los ciudadanos».

Añadió «por eso, desde mi responsabilidad como diputado federal y representante popular, hago un llamado firme: Morena debe asumir las consecuencias de sus errores. El pueblo no olvidará que la “obra insignia” de su gobierno se ha convertido en sinónimo de riesgo, corrupción e improvisación…

«Por el bien de México, no esperemos a que ocurra una tragedia como la de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México. El Tren Maya ya es un símbolo del fracaso; ahora nos corresponde como sociedad exigir justicia, rendición de cuentas y seguridad real», apuntó.