Estira y afloja
Las expresiones burlonas y de desprecio que se escuchan en Palacio Nacional demuestran una sola cosa, que no saben lo que significa una disputa dentro del T-MEC. El punto fino es que no se trata de una negociación de empresas contra el gobierno mexicano; la discusión es de Estado contra Estado a partir del reconocimiento común de que la soberanía nacional de México, Canadá y Estados Unidos se respeta y no se negocia.
Lo que no se tolera, y es parte de la discusión real, es que se cambien las reglas del juego de forma unilateral para cualquier empresa que no sea Pemex o CFE. Se trata de que estas dos empresas del Estado, con decretos y argucias legaloides, sean las únicas controladoras del mercado energético; ni así, ni con los multimillonarios apoyos del gobierno con recurso fiscales que paga la sociedad en general, han podido ser solventes ni alejar el fantasma de la quiebra que arrastraría a una severa crisis económica en el país. Eso es lo que molesta a muchos mexicanos.
El virus ideológico del presidente Andrés Manuel López Obrador topará en las consultas solicitadas por EU con argumentos técnicos de las posibles incompatibilidades entre el T-MEC y las normas aplicadas en México. Por ejemplo, no dar un trato igual a la inversión, a empresas y producción; demorar, denegar y revocar capacidades de las empresas privadas en el sector energético; retrasar permisos, suspender o revocar los existentes en energía renovable; obstaculizar el comercio exterior; obstruir el almacenamiento o carga de combustibles y la operación de estaciones al por menor.
Canadá también impulsará sus propias consultas en materia energética con México dentro del T-MEC y, una vez abierta la puerta, no dude usted que Europa busque lo mismo con mecanismos ad hoc, a petición de España, Italia, Francia y otras naciones afectadas por lo mismo que señala Estados Unidos. Esto no es cuestión de burla con canciones de Chico Che y, para que lo sepa, hay por lo menos 30 barcos con miles de litros de gasolina y diésel que cobran a Pemex 40 mil dólares diarios cada uno porque no pueden llegar a terminales de descarga; están prohibidas las privadas y muchas ya no operan.
Hay mucha molestia en Estados Unidos, del gobierno y de privados por la actitud de funcionarios de la 4T. El tema laboral y de presuntas violaciones en México va a crecer, no lo dude, y en relación con el narcotráfico habrá que vigilar los pasos que darán para evitar que México se convierta en un narco-Estado.
jesus.rangel@milenio.com