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Dice el inquilino de Palacio Nacional que hace las cosas para que cueste mucho trabajo dar marcha atrás. Y quizás por ello ha aplicado un sin fin de ocurrencias que impiden mirar un futuro con mayor claridad.

El macuspano asegura que su principal objetivo es dejar finanzas públicas sanas, lo cual será imposible que se logre porque hasta el momento solo dejara de herencia unos inmensos recursos etiquetados para subsidiar no solo los programas sociales, sino concluir con sus obras que siguen creciendo en costos.

Entonces a la ciudadanía nos deja al menos dos panoramas, la continuidad o el cambio, la primera que representa su candidata Claudia Sheinbaum, es simplemente seguir subsidiando las obras inconclusas, las cuales tardaran por lo menos un año más para verlas concluidas. Es decir, será hasta el 2026, cuando al fin los mexicanos podamos tener un presupuesto que priorice la creación de riqueza, de productividad en el campo y fortalecimiento en los sectores industrial y comercio.

Si gana los comicios Xóchitl Gálvez, tendrá que pensar dos veces concluir con las obras a lo largo de su sexenio o dejarlos como “elefantes blancos” que son la etiqueta de los gobierno de los años 70 y 80 donde se empezaban obras y no se concluían hasta después de varios años, si es que le encontraba el presidente en turno alguna utilidad política.

Entonces para cualquiera de las dos opciones su principal tarea será fortalecer los ingresos públicos y esto se logra únicamente aplicando una reforma fiscal, que aun cuando es impopular, permitirá al Estado contar con ingresos que, bien administrados, podrían crear riqueza y por supuesto crecimiento económico real.

También deberán pensar que programas sociales podrían tener continuidad y cuales podrían dejar de ser ese pesado lastre en las finanzas públicas.

Pero lo más difícil será decidir que obras de este sexenio se terminan y buscarles un adecuado uso que fomenten ingresos a favor del Estado. Aquí se debe subrayar que algunas de estas obras están bajo la administración de las Fuerzas Armadas, por lo que se tendrá que contar con el apoyo del poder Legislativo para realizar las modificaciones legales.

Tratar de solventar todos los agujeros que deja López Obrador en las finanzas públicas, será un trabajo arduo. Corregir el desbalance presupuestal será otra tarea a enfrentar, porque este gobierno que se va dejara un desastre en el país y para cambiarlo solo esta en la decisión de la ciudadanía.