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Son varios los escenarios y en todos pierde México.

El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca ha colocado al país en posiciones de riesgo porque, esta vez sobre la anterior, está dispuesto a cumplir sus amenazas.

Lo indican las designaciones de personajes abiertamente antiinmigrantes y en algunos casos anti mexicanos: Marco Rubio en el Departamento de Estado, Tom Homan como zar de la frontera…

Precisamente Homan ha sembrado el terror entre millones de migrantes con su advertencia de “preparen sus maletas” porque serán deportados con sus familias.

Remitir millones, o así fueran cientos de miles de extranjeros al sur de su frontera, generaría una crisis humanitaria en el país, pero sobre todo en los estados limítrofes, Baja California, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas.

Pero la detención y remisión es apenas uno de los ángulos a los cuales se enfrentará el gobierno de Claudia Sheinbaum a partir del 20 de enero de 2025, cuando el magnate tomará posesión.

SIEMBRA DE TERROR

Un sondeo con fuentes diplomáticas y de seguridad arroja mayores pistas.

El primer riesgo es el cumplimiento de amenazas de Donald Trump, tanto en materia migratoria como con el cierre de la frontera con severos daños en el cruce de mercancías entre ambos países.

El segundo, hasta ahora no monitoreado por las autoridades mexicanas, es la fuga masiva de trabajadores sin papeles ante el temor de caer en redadas e ir a la cárcel.

Pero también cabría, tercera posibilidad pero más remota, una cruzada de defensa: la oposición de patrones de trabajadores de fábricas, agricultores, granjeros y transportistas, porque se quedarían sin mano de obra barata.

No se sabe si están preparados los altos funcionarios, en especial la Cancillería de Juan Ramón de la Fuente, porque hasta ahora el entorno de Trump no ha contestado para entablar negociaciones directas.

La frase de Claudia Sheinbaum resume el estado de ánimo: se insistirá para encuentros bilaterales y si no se dan antes del inicio del nuevo gobierno estadounidense, el 20 de enero de 2025, será después.

Ya se verá entonces, pero por ahora los señalamientos del embajador Ken Salazar no hablan de buen ambiente siquiera con el gobierno del demócrata y menos agresivo de Joe Biden.

DESINTERÉS JUDICIAL

No lo dicen.

Pero hay mucha preocupación en las alturas del gobierno y del morenismo porque es muy baja la inscripción de aspirantes a jueces, magistrados y ministros.

Por eso vendrá una campaña intensa y a ella se ha incorporado el expresidente de la Corte, Arturo Zaldívar –“matraquero de la 4T”, lo llamó en su cara Roberto Gil Zuarth– para ganar adeptos.

“Lo deseable es que participen más de seis mil cien candidatos”, pregona Zaldívar, y según el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, van “más de 800” inscritos, pero pocos lo creen.

Tal vez al final se repita la parábola del banquete de bodas dicha por Jesús y narrada por San Mateo cuando nadie acudió a la invitación y mandó llamar a siervos y gente común.

Acá también muchos son los llamados y hasta ahora sólo tenemos seguras a tres militantes de la 4T, las ministras Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel y Lenia Batres.

@urenajose1