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En 2006 como parte de las campañas políticas se posiciono un spot donde se manifestaba “López Obrador es un peligro para México”, en aquel año resulto un tiro certero e infalible para evitar que el tabasqueño asumiera la presidencia de la república.

Después de varios años, esta frase pasó a la historia y la gente prefirió olvidarla, a pesar de que el riesgo fue siempre latente, y voto por el tabasqueño quien asumió no solo la presidencia de la república, sino la responsabilidad de todo lo que sucediera a lo largo de su sexenio, esto último nunca ha ocurrido.

Ahora López Obrador no sólo es una amenaza para la estabilidad política del país, sino ya se convirtió en una amenaza para la continuidad de su proyecto y principalmente para su candidata, que ante una abrumadora avalancha de críticas a los financiamientos de las campañas políticas de López Obrador no puede responder como ella quisiera, debido a que está bajo el dominio del tabasqueño.

Durante varios años, a partir del nombramiento del candidato, el presidente de la República reducía su presencia en la vida política y en los medios de comunicación para que la figura del candidato, o en este caso candidata, creciera y fortaleciera su imagen ante la ciudadanía. Esto no se ha dado ante el egocentrismo de López Obrador.

Esto debería preocupar a Claudia Sheinbaum quien a lo largo de las intercampañas se ha visto totalmente debilitada y esto provoca un poco el distanciamiento y pérdida de confianza de la gente hacia ella.

Este sexenio ha sido un fracaso completo en cuanto a la prioridad para resolver los problemas y los ha dejado crecer aun más, tal es el crecimiento, que han salido a la luz investigaciones realizadas zado en cuanto la cercanía o vinculación que tiene López Obrador con grupos de narcotraficantes.

De tal forma que la corrupción, a la que López Obrador prometió erradicar del país, se ha convertido en su principal problema, que lógicamente se extiende a su candidata, quien, repito, no ha declarado su posicionamiento sobre estos asuntos, que deben ser aclarados y en caso de ser falsas las acusaciones tendrá que realizarse una demanda.

No sólo para la mayoría de la gente la corrupción es igual o mayor que antes, sino que son conocidos los actos de corrupción en altos puestos del gabinete y el gobierno y entre amigos y familiares del presidente.

López Obrador ha demostrado que, si era y es un peligro, porque este sexenio fallido así lo demuestra, la pobreza que sigue en aumento, los sistemas de salud y educativo están totalmente debilitados y la inseguridad reina en el país, porque este país tiene una gran parte de su territorio donde los grupos criminales son quienes gobiernan y administran bajo el claro consentimiento de este gobierno por su política de “abrazos y no balazos”.