Y no por el lenguaje y el comportamiento lépero del excónsul mexicano en Shangai, Leopoldo Michel Díaz, quien debe pagar su culpa.
Sino porque se ha pedido la renuncia a todos los embajadores y cónsules generales con motivo del tránsito de sexenio, mas no de régimen.
Esta situación es aprovechada por muchos de ellos para promoverse en aras de continuar en sus posiciones actuales o conseguir mejores representaciones.
En la cancillería de Alicia Bárcena, quien migrará hacia Medio Ambiente, se manejan muchos nombres y muchos escenarios.
Por ejemplo, se dice ahí, el representante de México ante el Gobierno de Estados Unidos, Esteban Moctezuma, se siente cómodo y con méritos para continuar en Washington.
Tendría razones para ello: se acerca el final del Gobierno de Joe Biden y a las elecciones de noviembre seguirá el cambio en la Casa Blanca, Kamala Harris o Donald Trump.
DOS EMBAJADAS CLAVES
Esteban Moctezuma no se sentiría mal en Canadá.
Pero el embajador en Ottawa, Carlos Joaquín, también tiene deseos de permanecer aunque ya Andrés Manuel López Obrador le haya premiado su colaboracionismo.
Moctezuma, además, trabajó de manera coordinada con el nominado canciller Juan Ramón de la Fuente cuando éste fue representante ante la Organización de las Naciones Unidas.
Eso le ayudaría a proseguir en la diplomacia.
Quien ve oportunidad de cambio es también el exgobernador priista sinaloense Quirino Ordaz, cuyo heredero Rubén Rocha enfrenta señalamientos graves de Ismael El Mayo Zambada.
Empresario hotelero y con nexos comerciales internacionales inclusive con España, donde es embajador, se promueve para revivir el Consejo Nacional de Turismo.
La incertidumbre se extiende a otros exgobernadores priistas bajo sospecha de contribuir al triunfo del partido del Gobierno federal, caso Omar Fayad, actual residente en Oslo.
Además de sorprender con el envío a Noruega, causó escándalo su cinismo:
-Considero que no tengo ningún mérito para ser embajador -dijo con desfachatez en el Senado de la República y a pesar de ello se le designó.
Luego se supo por qué: promovió la renuncia al PRI de la mayoría de diputados locales y presidentes municipales de Hidalgo, quienes le debían el cargo y la lealtad.
Son perlas de la diplomacia usadas como trampolín.
DOS VOTOS TRAIDORES
1.- Un priista y un panista, dicen en Morena, están casi listos para asegurarle la mayoría calificada en el Senado.
Uno de ellos sería Néstor Camarillo, cuyo segundo lugar fue reconocido por el PRI de Alejandro Moreno y cercano al neomorenista Jorge Estefan Chidiac.
Otra sería Mayuli Martínez, cuya senaduría fue impulsada por Mara Lezama a través de un arreglo para contener la candidatura del Partido Verde.
Y 2.- Las gubernaturas se trabajan con mucho tiempo y activismo.
El senador Félix Salgado Macedonio de tiempo atrás se promueve para suceder a su hija Evelyn Salgado y ha reanudado su campaña en Guerrero.
¿Cuál es la razón?
Agradecer a la gente el voto masivo y arrasador -más de un millón- para su reelección y ofrecer gestiones con la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum.