Con el apoyo legal de las autoridades electorales, se constituyó este jueves el Poder Legislativo, ahora esperemos que los legisladores recuerden que su trabajo debe estar orientado más a satisfacer las necesidades y tratar de allanar los problemas que los pobladores de los distritos, de los municipios y estados que representan viven diariamente.
Esperemos que las descalificaciones e insultos no sean lo más notable en los debates parlamentarios y que se escuchen y acepten las opiniones de todos los legisladores para contribuir en la mejora legal de nuestro país y con ello permitir el desarrollo y crecimiento del mismo a favor de todos sus pobladores.
Es cierto que Morena, el partido oficialista, tendrá una mayoría calificada en la cámara de diputados y cerca de esta, en el Senado de la república, pero esto no debe ser motivo para que las decisiones se tomen de manera unilateral y que de esta forma se invisibilice a millones de mexicanos quienes no votaron por ellos.
La conformación de los partidos de oposición cuenta con una representación disminuida, pero deberán buscar ser el dique que evite que la mayoría tome decisiones de las cuales podríamos caer en situaciones que serán difíciles de superar por varios años.
También estos legisladores deberán tomar en cuenta que, durante este mes de septiembre, donde se dará la transición de poderes que culminara con la toma de protesta de la presidenta de México el próximo mes de octubre, deberán evitar acelerar la aprobación de reformas que han quedado pendientes y que, de no analizarse con profundidad, cuáles son los cambios que deberán hacerse y cuales deberán modificarse podrían ser también un elemento en contra del país.
Las principales son las reformas, al Poder Judicial y la electoral, que podrían cambiar el panorama jurídico y electoral de la representación popular del país, pueden crear inconveniente de índole económico que serán difícil de solventar en el corto plazo.
Los legisladores deberán olvidarse ya de López Obrador y mirar que quien tendrá la administración federal, será Claudia Sheinbaum y con ello evitar entregar en octubre un país debilitado.
De aprobarse esas reformas y de continuar con el rumbo marcado por el tabasqueño, lo más probables es que la nueva presidenta recibirá un país con riesgo en su estado de derecho y la seguridad jurídica de las personas, la inversiones y empresas privadas demasiado endebles.
Ayer fue euforia y felicidad, pero a partir del 1 del 2 de septiembre, los legisladores deberán recordar que ellos se deben “al pueblo sabio” deberán trabajar para los beneficios de este pueblo y no los de grupo o de persona alguna