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Será la próxima semana cuando la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, dé a conocer la lista de quienes formaran su gabinete, esto con el objetivo de iniciar el proceso de transición de poderes que tendrá su principal evento el próximo 1 de septiembre, en Palacio de San Lázaro.

Esta lista, que esperemos este compuesta por personas que tengan una gran expertis relacionadlo a la cartera que les corresponda presidir y no simplemente siga siendo un gobierno de 90 por ciento de lealtad y 10 por ciento de formación profesional, porque entonces solo estaremos frente a la continuidad de “floreros” y no personas con la capacidad de decidir en lo que a sus áreas de competencia corresponde.

También esperamos, que en la próxima semana, el inquilino de Palacio Nacional, entienda que su participación debe ser únicamente para tratar de realizar de manera tersa la transición, por lo que deberá ser prudente en sus declaraciones, para evitar dejar algunos problemas pendientes, más allá de los que ya conocemos.

Tendrá que entender que su autoritarismo debe concluir y permitir que sea la primera presidenta de México, quien empiece a establecer su estrategia de trabajo. Primero para ofrecer certidumbre jurídica a quienes inyectarán capitales para la creación de empleos con mejores salarios, algo que permitirá mejorar la calidad de vida de los trabajadores.

Hasta ahora Rogelio Ramírez de la O, se quedará en la Secretaría de Hacienda “por tiempo indefinido”. Esto para tratar de enderezar las finanzas publicas, que en los últimos dos años y las dos semanas anteriores se observaron con debilidad.

También estaremos en espera de conocer el gabinete ampliado donde existen áreas que corresponderán a ser partes importantes del fortalecimiento para el desarrollo del país, como lo son las direcciones de Pemex y de la CFE, que mostraran la política energética que la nueva administración aplicará.

En Pemex se necesitan ingeniero, no agrónomo, que le entiendan las áreas de oportunidad en el sector, para abrir el abanico y no solamente quedarnos con el petróleo como principal fuente de ingresos para la empresa y el país. Para CFE, es necesario un administrador que ofrezca certidumbre para atraer capitales que construyan la infraestructura necesaria para dotar de engría eléctrica a cada rincón del país, sin que sea un gasto pesado en el presupuesto federal.

En resumen, esperamos que la dedición de la presidenta sea rodearse de gente capaz y con toma de decisiones, que aporten al desarrollo de México y no a la figura de la señora presidenta. México, repito, tiene mucha riqueza que debe explotar para acelerar el crecimiento económico para ubicarnos entre los 5 y 6 por ciento en los primeros 3 años. Esto para fortalecer de manera real el peso y con ello observar la apreciación de nuestra moneda con fortaleza y no solamente porque las tasas de interés que paga el gobierno son altas.