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No importa si es Donald Trump o Kamala Harris.

Con el republicano o la demócrata, México pierde porque los dos tienen la intención dirigida a cuanto sucede al sur de su frontera.

Todo ominoso, por cierto, pues las oleadas de drogas, de violencia y de migrantes de aquí, del sur y allende el continente tienen a Estados Unidos en alerta.

Y los dos blanden amenazas.

Trump ha enfocado animadversiones directamente a la presidenta Claudia Sheinbaum en particular pero al país y a su economía en general.

Aranceles de 25, 50 o 75 por ciento a las exportaciones mexicanas son insoportables para ambas naciones, vendedores y compradores.

A su favor tiene la renegociación del Tratado Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), como lo bautizó precisamente Donald Trump hace siete años.

Pero tampoco hay manera de prometerle el control de las corrientes humanas de centro, Sudamérica, Asía, Medio Oriente o de donde sea.

Vaya, ni siquiera se puede ofrecer una mínima vigilancia de los nacionales porque en sus lugares de residencia no tienen nada: ni recursos, ni seguridad, ni ingresos, ni dignidad, ni un futuro promisorio.

DUREZA SEGURA

Con Kamala Harris no nos iría mejor.

Como procuradora de California, ha dicho, conoce el modus operandi del narcotráfico mexicano y en especial del Cártel de Sinaloa, al cual ha combatido.

Y va por él.

Y si su gobierno -ser vicepresidenta tiene su influencia- fue capaz de juzgar a Joaquín Guzmán Loera, someter a proceso a sus hijos y llevar a su territorio a Ismael El Mayo Zambada, el ubicuo capo con medio siglo de impunidad en México, está dispuesta a hacer mucho más.

Todo esto sin saber siquiera qué dirán ellos y quienes durante sexenios y sexenios -del PRI, del PAN, de Morena, no importa porque todos son iguales o peores- cooptaron a los gobiernos para mantener sus imperios criminales.

La única diferencia es la retórica: Donald Trump es más violento y Kamala Harris más efectiva, porque ambos tienen a México y su gobierno bajo su vigilancia y sujeto a control.

CRISIS DE AGUA

1.- En el discurso oficial no mengua el optimismo.

Se trata de tranquilizar a la oposición bajo el supuesto de agua suficiente en el Sistema Cutzamala para abastecer a la Ciudad de México y su zona conurbada.

Pero hay datos menos promisorios.

El secretario del Agua en el Estado de México, Pedro Moctezuma Barragán, reporta 64 por ciento de la capacidad de las tres presas.

Aunque el período de lluvias ha sido cuantioso, la recuperación es de apenas 30 por ciento y no necesariamente suficiente para un largo estiaje.

Por eso llama a impulsar la cultura de ahorro, buen uso y nuevos proyectos a fin de asegurar abastecimientos futuros a toda la cuenca.

Allá los gobiernos federal, capitalino y de Edomex si aprovechan la recomendación.

Y 2.- Quién lo creyera.

Este martes puede ganar un indiciado por más de una veintena de delitos, entre ellos la toma del Congreso de Estados Unidos, el 6 de enero de 2021, tras perder ante el demócrata Joe Biden.

Pero así son las reglas allá.

Y si perdiera, sería émulo de Andrés Manuel López Obrador, quien denunció fraude en 2006 ante Felipe Calderón y en 2012 frente a Enrique Peña.

Patrañas.

@urenajose1