Afortunadamente este lunes concluyo el segundo periodo de sesiones ordinarias del Congreso de la Unión, lo que significa que ya no se podrán aprobar las ocurrencias que desde Palacio Nacional salen y que en la mayoría legislativa se escuchan como una orden para aprobar sin modificar un coma de estas.
Pero también estamos cerca de los comicios del 2 de junio que, como cada seis años, marcarán el futuro de México y por lo debemos tomar este tiempo para reflexionar y analizar si queremos continuar por el rumbo que hasta ahora llevamos o damos un cambio radical al mismo.
Deberemos reconocer primero los errores, y posiblemente estos sean muchos, pero si no los reconocemos no tendremos un punto de partida para trazar el nuevo rumbo, si así lo queremos.
Así que debemos reconocer que en este sexenio ka figura de presidente fue mas allá de lo que teníamos anteriormente, porque este se coloco como la figura entela de las decisiones del país, algo que quedo demostrado con el debilitamiento y desaparición de instituciones que servían de contrapeso para evitar que la corrupción continuara.
El resultado fue que la corrupción se acentuó aun más dentro del sistema y la clase política paso de un repudio al neoliberalismo a la creación de los neo caciques políticos.
La figura de presidente también tomo el papel de polarizador y hasta esta fecha no se reunido a dialogar con la oposición, creando un autoritarismo presidencial, con la complicidad de la mayoría legislativa, es decir legisladores de Morena. PVEM, PT y PES, algo que ha hecho mucho daño a México y sus pobladores.
La ultima ocurrencia, de crear un Fondo de Pensiones para el Bienestar, se traduce simplemente en despojar a trabajadores de sus ahorros, evitando la acción suspensiva del derecho de amparo para que no puedan protegerse, y para permitir todos los excesos en el quehacer administrativo, y otorgándose el derecho de amnistía sin reglas, ni causales, solo el simple juicio de si un condenado o procesado ha contribuido con sus declaraciones a causas del país, bajo el criterio del propio Ejecutivo. Esto último debilita la acción jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La inseguridad se incremento en este sexenio al grado que ahora la clase política también es la más acechada, porque ante la inacción del estado para establecer una paz social con base en la aplicación de las leyes, organizaciones del crimen se han apoderado de una tercera parte del país, y ahora van por mas estados.
En cuanto al crecimiento económico, este tendrá un promedio de 1 por ciento anual, resultado que es insuficiente y marca un retroceso a un crecimiento de 2 por ciento que se obtuvo durante el sexenio anterior.
Si a esto sumamos que el índice de inflación esta por encima del 4.30 por ciento y comparado al 3 por ciento del sexenio anterior muestra que no ha logrado una verdadera riqueza que permita el mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos, porque el costo de los productos son más caros que en el sexenio anterior.
Por ultimo el sistema de salud, esta destruido en su mayoría algo que no suma a la calidad de vida de los mexicanos. Por tanto han existido más errores que acierto y deberemos evitar que sigan cometiéndose y la solución es tajante, cambiar de régimen y no la continuidad.
Corrijamos lo pasado e iniciemos un nuevo camino de inclusión, paz, desarrollo, libertades y justicia.