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NÚMERO CERO/ EXELSIOR

La ofensiva judicial estadunidense contra la élite del Cártel de Sinaloa exhibe a una fiscalía postrada ante el crimen en México. Esa posición del fiscal Gertz resta fuerza a las críticas del gobierno de Claudia Sheinbaum sobre la intervención de la justicia de EU con su cacería de los cabecillas del narco, por la humillación del fracaso para capturar y juzgar en el país.

Vemos una Fiscalía General de la República enflaquecida por incapacidad para debilitar a los cárteles, en contraste con el asedio estadunidense a la aristocracia del narco, cuyos notables están hoy en manos de su justicia. Sobresalen casos emblemáticos como la rendición de Ovidio Guzmán y su familia con una declaración de culpabilidad negociada para colaborar con ellos, después de evadir varias veces su captura en México tras el legendario Culiacanazo. Y otros tantos eventos de gran impacto mediático como el de Julio César Chávez Jr., con orden de detención en México desde 2019 por presuntos vínculos con el narco, que la fiscalía nunca ejecutó mientras entraba y salía del país hasta su detención en EU.

Son sólo dos ejemplos emblemáticos del fracaso de una fiscalía inerme o sometida al crimen, aun si está provista con el arma de la autonomía que recibió en 2019, tras la llegada de Gertz de la mano de López Obrador. De poco le ha servido, y menos a la Presidenta, que luce desarmada ante la injerencia estadounidense de capturas y negociaciones unilaterales de narcos que, a la vez. designan como terroristas. “¿Dónde queda su posición de no negociar con terroristas?”, reclama Sheinbaum con un discurso sin eco en la justicia de EU.

Pero lo que más sorprende es el respaldo o protección para permanecer en el cargo al cabo de un sexenio y lo que va del actual, sin resultados con qué poner de pie a la justicia ante la campaña de EU contra los cárteles, como si fuera parte de su política interior o en las fronteras imprecisas de la soberanía nacional.

La gestión de Gertz parece una expresión política opuesta a darle la vuelta al tablero de la impunidad del narco o que entiende su autonomía como autosuficiencia que, en los hechos, se autoabastece de fracasos. En efecto, en su ausencia ni siquiera se observa un alineamiento con Sheinbaum, a la que administra información de investigaciones, como la deJulio César Chávez Jr. que, como acepta, ignoraba. ¿A quién responde entonces?

No obstante, su actuación en casos potencialmente explosivos no es tan distinta a las del pasado en preferir la extradición de “cabecillas” para que los juzguen y encarcelen en EU. Aunque con Trump ya ni siquiera se cumpla esa formalidad diplomática, como en la captura de El Rey Zambada sin conocimiento del gobierno mexicano; o también sin colaboración alguna en la negociación con Ovidio y la entrega de familiares, que marca su posible derrota en la “guerra” de facciones en Sinaloa desde hace 10 meses. Por no citar las pesquisas sobre lavado de dinero de García Luna, que en México nunca llegaron a concretarse en una acusación formal contra los bancos hoy sancionados por EU.

Por ese desmoronamiento de la justicia es que no es de extrañar la expectativa de una sociedad en vilo por las revelaciones del juicio de García Luna, El Mayo o ahora del contenido de la negociación de Ovidio sobre los engranajes del cártel con sucesivos gobiernos federal y locales. La esperanza de que la justicia y la paz vengan de afuera es la viva expresión de la inacción de la fiscalía, incluso frente al “baño de sangre” que originó la captura de El Mayo, y ahora la posibilidad de que se detenga con la capitulación de Los Chapitos dentro del cerco judicial y la presión de recompensas de la DEA para la captura de los hijos de El Chapo que quedan en el campo de batalla: Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán.

Con todo ese fardo a cuestas, la Presidenta parece tener argumentos débiles para exigir a EU cooperación con la fiscalía, ante constantes intervenciones de sus agencias de seguridad y justicia, aunque cada vez con menos convicción de obtener respuesta; y ahora, al decir que “si Ovidio inculpa a alguien, EU tiene que probarlo”, como si la única opción fuera curarse en salud del vendaval que pueda desatarse con la decadencia del que fuera el cártel más poderoso del país en tribunales de EU.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de LINEAPOLITICA