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Estira y afloja

Si alguna empresa está verdaderamente en problemas, más que Petróleos Mexicanos, es Altos Hornos de México (Ahmsa): las pérdidas netas consolidadas en 2019 sumaron 7 mil 55.9 millones de pesos; las ventas netas cayeron 36.81 por ciento y alcanzaron 10 mil 223 millones; el total de pasivo circulante superó los 34 mil 600 millones y tiene saldos no pagados con el SAT, el IMSS y acreedores financieros. Su presidente, Alonso Ancira Elizondo, sigue detenido en España.

Los accionistas minoritarios y los trabajadores han solicitado apoyo de autoridades gubernamentales locales y federales para que les informen lo que pasa con la acerera y no se afecten sus intereses. Desde mediados de 2019 se fortaleció el rumor de su venta y quedaron enterradas de nueva cuenta las esperanzas de resurgimiento después de que el 16 de mayo de 2016 un juez de Monclova, Coahuila, autorizó el levantamiento de la suspensión de pagos.

Ahmsa informó ayer a sus accionistas que “se encuentra en la etapa final de negociaciones con empresas interesadas en establecer una asociación estratégica, lo que permitirá en el corto plazo acceder a una inyección de capital de trabajo e iniciar la normalización de actividades operativas y financieras”.

También lanzó una afirmación polémica: “poco después de que Ahmsa había solventado puntualmente con sus acreedores los compromisos fijados en los acuerdos que pusieron término a la suspensión de pagos, el nuevo Gobierno Federal en el mes de mayo embargó todas las cuentas bancarias de la empresa y de sus subsidiarias, a la vez que sumó una orden de detención contra el presidente del Consejo de Administración, que fue detenido en España, donde se encontraba de vacaciones”.

Calificó “sin base” las acusaciones contra Ancira y aseguró que el proceso está “plagado de irregularidades jurídicas y alimentado con una campaña mediática”. Agregó que la empresa “sufrió un fuerte quebranto, principalmente por cancelación de créditos y exigencia de pagos anticipados, lo que se reflejó en una grave pérdida de capital de trabajo. En paralelo, la situación causó confusión en clientes y proveedores, lo que, conjugado con la pérdida de flujos, la deteriorada demanda en el mercado y una reducción en los precios del acero, dificultó las acciones emprendidas para resolver esa problemática”.

Se refiere al drástico programa de ahorro y eficiencia operativa que aplicó junto con la cancelación de inversiones no prioritarias, la eliminación de algunas subsidiarias, el reordenamiento productivo por las condiciones deprimidas de mercado, la exploración de diversas opciones de capitalización, y la venta de activos no fundamentales. “La situación de la economía nacional ha limitado el resultado del esfuerzo, dificultando, la desincorporación de activos que habrían aportado al flujo de la empresa y facilitado la operación con sus proveedores”.

jesus.rangel@milenio.com