El C/2023 A3 Tsuchinshan-Atlas, conocido como el “cometa del siglo”, se podría ver con facilidad y a simple vista surcando el cielo nocturno durante estos días. El cometa pasará cerca del Sol sin desintegrarse y alcanzará su punto más cercano a la Tierra hoy.
El mejor momento para observarlo será al atardecer alrededor de las 20:00 horas. Para ello, hay que mirar hacia el oeste, informó eltiempo.es.
Este cuerpo celeste, compuesto por hielo y polvo, se aproxima a la Tierra ofreciendo un espectáculo que no se repetirá en miles de años. Desde hoy, el cometa es visible a simple vista en el hemisferio norte, mostrando una cola luminosa que se extiende a lo largo del firmamento.
Descubierto en enero de 2023 por los telescopios del Observatorio Tsuchinshan en China y confirmado por el proyecto Atlas en Sudáfrica, el astro ha sido apodado como el “cometa del siglo” debido a su excepcional brillo y a la rareza de su trayectoria. Se estima que su última visita al sistema solar interior ocurrió hace unos 80 mil años, en tiempos en que los neandertales habitaban la Tierra.
El cuerpo celeste ha sorprendido a astrónomos y aficionados por su intensa luminosidad. Según Javier Licandro, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el cometa está actualmente “mucho más brillante que Mercurio”, uno de los planetas más luminosos en el cielo nocturno.
Esta característica se mide mediante la magnitud estelar, una escala que determina el resplandor de los objetos celestes. Las imágenes capturadas por el satélite SOHO (Observatorio Heliosférico y Solar) muestran que el cometa ha desarrollado una cola impresionante.
La cola del cometa del siglo alcanza una longitud equivalente al diámetro de 42 lunas llenas, un espectáculo que pocos fenómenos astronómicos pueden igualar.
Para disfrutar al máximo del astro, los expertos recomiendan observarlo desde lugares con poca contaminación lumínica y con el horizonte occidental despejado.
El mejor momento para verlo es justo después de la puesta del Sol, alrededor de las 20:00 horas. Cada día que pasa, el cometa estará más alto en el cielo tras el anochecer, facilitando su observación. Es aconsejable utilizar prismáticos de ampliación para apreciar mejor los detalles de su núcleo y su extensa cola.
Sin embargo, debido a su intenso brillo, también es posible verlo a simple vista. En España, las Islas Canarias ofrecen condiciones ideales para su observación, gracias a sus cielos claros y bajos niveles de contaminación lumínica.
Ha sido comparado con cometas históricos como el Hale-Bopp y el Hyakutake, que en la década de 1990 dejaron una profunda impresión en quienes los observaron. El primero, en particular, fue tan brillante que pudo ser visto incluso durante el día con ayuda de telescopios.
Periodo de intensa actividad solar
Este suceso astronómico coincide con un periodo de intensa actividad solar, lo que ha permitido la aparición de auroras boreales en latitudes inusualmente bajas, incluyendo regiones de la Península Ibérica.
Aunque es poco probable ver el cometa y las auroras simultáneamente, debido a diferencias en horarios y direcciones en el cielo, la posibilidad de presenciar ambos fenómenos en la misma noche ha generado gran entusiasmo.
El Sol se encuentra en una etapa particularmente activa de su ciclo de 11 años, lo que aumenta la frecuencia e intensidad de las auroras. Observarlas desde latitudes más al sur es un evento raro, y las condiciones actuales hacen que sea una posibilidad real, añadiendo aún más atractivo a las noches de observación.
Los cometas son cuerpos celestes formados por hielo, polvo y pequeñas partículas rocosas. Cuando se acercan al Sol, el calor provoca que los materiales helados se subliman, pasando de estado sólido a gaseoso.
Esto genera una atmósfera difusa alrededor del núcleo llamada coma, y una cola que siempre apunta en dirección opuesta al Sol debido al viento solar. El Tsuchinshan-Atlas procede de la nube de Oort, un vasto y distante reservorio de cuerpos helados que rodea el sistema solar.
Se estima que este cometa tiene una órbita no periódica, lo que significa que podría no regresar jamás. Después de su paso cercano a la Tierra, continuará su viaje hacia los confines del sistema solar, posiblemente influenciado por la gravedad de otros planetas o estrellas.
Para aquellos que quieran capturar el momento, los días 19 y 20 de octubre podrían ser ideales para tomar fotografías, ya que la Luna llena habrá pasado y el brillo lunar no interferirá con la observación del cometa, por lo que es una oportunidad excepcional para astrónomos aficionados y fotógrafos de cielos nocturnos.
Después de su espectacular aparición, el cometa seguirá su camino, alejándose cada vez más de la Tierra. Los modelos orbitales sugieren que no volverá a acercarse a nuestro planeta en cientos de miles de años, si es que regresa alguna vez. Esta es, literalmente, una oportunidad única en la vida para ser testigo de este fenómeno.
Con información del periódico La Jornada