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El diputado federal Rubén Moreira Valdez señaló que, mientras Morena presume una supuesta reducción en el número de pobres, las carencias sociales, especialmente el acceso a los servicios de salud, se han disparado de manera alarmante.

En seis años el país no creció, destacó el líder congresista para luego cuestionar los señalamientos oficiales que dicen que el ingreso de las personas aumentó en un 16 por ciento, lo que consideró bien, pero explicó que esto es esencialmente producto de las remesas y de los programas sociales que gracias al PRI están en la Constitución.

Lo que preocupa, añadió, es que la debilidad de las finanzas del gobierno pueden hacer peligrar a los programas sociales, así como la eliminación de beneficios en salud, educación y seguridad social, con lo que se condena a la gente a vivir peor.

En el programa Con Peras, Manzanas y Naranjas, el legislador priista, acompañado de los especialistas Miguel Ángel Sulub, Mario Di Costanzo y Paco Lezama, cuestionaron la veracidad de las cifras presentadas por el INEGI en torno a la pobreza en México.

“Con Enrique Peña Nieto, en Hidalgo la carencia de salud era del 14 por ciento. Con López Obrador subió al 43 por ciento; en Chiapas pasó del 15 por ciento al 63 por ciento, y en Puebla del 17 por ciento al 47 por ciento. Es decir, hoy casi la mitad de los mexicanos no tiene acceso a servicios médicos”, puntualizó el coordinador parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados,.

Refirió que actualmente, 44.5 millones de mexicanos no cuentan con servicios médicos y 62.7 millones carecen de seguridad social, mientras el gasto de bolsillo en salud ha aumentado más del 40 por ciento, alcanzando en promedio 6 mil 400 pesos anuales, lo que afecta principalmente a familias de menores ingresos. “Hoy seis de cada diez mexicanos su servicio médico lo tienen que ir a buscar al sector privado”, aseveró.

El economista Mario Di Costanzo explicó que, aunque el INEGI reporta que 13.5 millones de personas dejaron de ser pobres, en el mismo periodo 24.5 millones quedaron sin acceso a la salud. Precisó que hay 62.7 millones de personas con carencias de seguridad social, por ejemplo, que no están afiliadas o cotizan en el IMSS, razón por la cual no han salido de la pobreza.

A su vez, el abogado Miguel Ángel Sulub explicó que “el bienestar económico no puede evaluarse solo por el ingreso, ya que la pobreza también incluye seis carencias sociales: salud, educación, seguridad social, vivienda adecuada, servicios básicos y alimentación”. Hoy, dijo, el INEGI reporta 38.5 millones de pobres, pero sus propias tablas reconocen que 46 millones de mexicanos viven por debajo de la línea de pobreza.

En su intervención, el analista Francisco Lezama destacó que entre recortes y desaparición de programas, las entidades federativas dejaron de recibir cerca de 2.5 billones de pesos, equivalentes a casi el 30 por ciento del presupuesto nacional, con lo que se afecta a la ciudadanía en los servicios de salud, educativas e infraestructura.

Detalló que 523 programas presupuestarios vigentes entre 2015 y 2018 fueron eliminados en el gobierno de Morena, los cuales ejercían en promedio 3 mil 115 millones de pesos al año y uno de los sectores más golpeados fue el campo con recortes de 23 mil millones de pesos anuales. Precisó que de ellos, un billón de pesos se ha destinado a las obras faraónicas como el tren maya, la refineria Dos Bocas y el AIFA.

Los panelistas coincidieron en que el supuesto aumento de ingresos no significa mejor calidad de vida. Rubén Moreira puntualizó: “La pregunta no es si la gente gana más, sino si hoy vive mejor. Y la respuesta es no, porque su ingreso lo dedica a cubrir servicios que antes otorgaba el Estado”.

Tras señalar que los parámetros utilizados por el INEGI para determinar quién está en pobreza generan dudas, el líder congresista adelantó que pedirá que la presidenta de ese instituto acuda a la Cámara de Diputados a explicar la metodología utilizada y las contradicciones en sus reportes.