Esto de la infodemia no es nuevo. Su presencia ha estado ahí en cada actividad humana, en la discrepancia, en la lucha por el poder, en la guerra, en la relación humana sectorial, incluso entre colegas, en la libre competencia del mercado y, por supuesto, cada quien habla de la fiesta según le va en ella.
La epidemia de la desinformación y la amnesia política van de la mano.
Dos personajes que se llaman agredidos y hasta vituperados por las fuerzas conservadoras, neoliberales y golpistas, son precisamente practicantes e impulsores de esa perversa forma de mentir impunemente desde foros de privilegio como son las conferencias en las que se utilizan los medios públicos, con el enorme costo económico que ello implica.
Cuando se denuncia desde esos foros a medios de comunicación, articulistas, periodistas, ex presidentes, empresarios, gobernadores, políticos de ayer y antier y a todos los etcéteras a quienes responsabilizan de los males del país, huelga una consulta para pedir permiso y aplicar la ley. La ley se aplica, no se pregunta si procede.
Sin duda se genera infodemia desde la mañanera como igual ocurría desde la conferencia vespertina en la que se informaba del status de la epidemia del coronavirus que ya supera a los 2.5 millones de contagiados en el país.
¿Por qué se cancela esa conferencia vespertina en la que la estrella era López-Gatell? Oficialmente se aduce que la reducción de los casos de contagiados de virus e incluso de muertos fue la causal, pero he aquí que hay una nueva oleada con otra cepa y, en la última semana se registra una alza de contagios.
Sí, como lo pensó usted: Era imperativo sacar del escenario público, es decir, de la exposición pública al ¿doctor? López Gatell. Su encontronazo con una reportera que sabía lo que preguntaba y por eso se le acusó de servir a intereses reaccionarios y golpistas que atentan contra la estabilidad del país, sólo porque es reportera del diario Reforma, evidenció la causa principal de la cancelación de la vespertina.
Y es que López Gatell se volvió impresentable, de piel delicada y siempre dispuesto a aparecer sabiondo que le entraba a la reflexión filosófica de los males de la humanidad y de cómo es que la pandemia nos había agarrado sin confesar.
Replicar a reporteros, dictar cátedra como periodista, jefe de información y experto editor, lo mostraba, amén de intolerante, dispuesto a hacer el papelazo nuestro de cada día, olvidándose de su papel como vocero de la pandemia y experto, aunque su pasado en el mismo papel cuando llegó a México el virus H1N1 que lo encueró falto de capacidad para atender esa situación, al grado de que Felipe Calderón ordenó su cese pero lo salvó el entonces secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos.
Por supuesto, no podría ser de otra forma, Hugo cuenta otra historia e incluso, hasta hoy se atreve a denunciar algo que ha sido vox populi: la corrupción y el negociazo en la compra-venta de medicamentos en el sector salud. ¿Por qué no denuncia las transas de la 4T en ese rubro?
Y precisamente ese es el quid de la infodemia y de esta postura justiciera de López Gatell y López Obrador. Ha sido recurrente la denuncia, en sus homilías, respecto de este negociazo multimillonario que ejercían funcionarios de gobiernos priistas y panistas, hasta que llegó la 4T no hay denuncia del presente, todo es culpa de los pillastres de ayer y antier,
¡Caray! Esta epidemia de desinformación que tiene su génesis en el mensaje de la mañanera, en ese texto que se pulsa al amanecer y se esparce a partir de las siete de la mañana como orden inductiva para dejar en el pueblo bueno y el que así lo quiera, la idea que desparrama convicción de que todo lo que dice Su Alteza Serenísima es la puritita verdad.
Pero, bueno, al clasemediero licenciado presidente le cree una buena parte del respetable. ¿Por qué? Es palabra del señor, del honesto cuyo pañuelito le otorga ese halo de virginidad que se forma en torno de los incorruptibles y honestos,
Empero, a Hugo López Gatell no le fue bien e hizo agua la infodemia que pretendió esparcir desde ese espacio de Palacio Nacional, donde el conservador José Yves Limantour, en su papel de secretario de Hacienda de Porfirio Díaz, dictaba pautas en captación de la renta nacional. ¿Mal fario?
Bien. Recordemos, recordemos. Andrés Manuel López Obrador y Hugo López-Gatell tuvieron en su momento la mejor oportunidad para dar lustre a sus responsabilidades como Presidente de la República y Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, cuando el Covid-19 amagaba con llegar a México.
Pero, resulta que, fieles a su recomendación, se alzaron sabiondos y de plano le dieron nivel de pinche al virus, que después fue calificado como el pinche virus que vino a destrozar familias y generar más pobreza de la que había, de agrandar la crisis económica que se desataba merced a esa inexperiencia del experto en hacer movilizaciones y mentarle la madre al gobierno, pero resulta que ahora es gobierno.
Es indudable que la infodemia, esto de desinformar y generar miedo con la pandemia del coronavirus, irrumpió en México atizada por las mentiras esparcidas desde el más alto mando de la 4T y su principal aplaudidor. ¿Se debe aplaudir al gobierno por cumplir con su trabajo?
¿Es usted aficionado de los canales 22, 14 y 11 de Televisión? Entonces vio con regocijo el programa Chamuco TV que se transmitió hace unos días por el Canal 22, conducido magistralmente por el monero Rafael Barajas El Fisgón.
Bueno, ahí disfrutó usted de las lecciones del sabiondo López Gatell, quien junto con una cátedra de la infodemia, se dedicó a decir barbaridad y media y hora sí, hasta recomendó usar el cubreboca porque ahí viene la nueva cepa con una oleada de infección que Dios guarde la hora.
Y lea usted ésta sesuda explicación del maestro López Gatell: “(…) la infodemia no se detiene, es real y sigue ocurriendo en todo el mundo (es) una epidemia de desinformación. ¿Cómo se expresa la infodemia?. Cuando hay carencia de información. La que deliberadamente siembran ciertos grupos de interés”.
¿Qué le parece? Y, bueno, luego la embestida elemental contra con diarrea mental cuando acusó que esta idea de los niños con cáncer que no tienen medicamentos está relacionada a “narrativas de golpe” que en América Latina se traduce en un “golpe de Estado”.
¿Infodemia?
“Este tipo de generación de narrativas de golpe, a veces se ha conectado en Latinoamérica, con golpe, golpe de Estado, y esta idea de los niños con cáncer que no tienen medicamentos cada vez lo vemos más posicionado como parte de una campaña, más allá del país, de los grupos de derecha internacionales que están buscando crear esta ola de simpatía en la ciudadanía mexicana, ya con una visión casi golpista”, sostuvo el subse.
¿Quién le dio la pauta? Pues El Fisgón, autor de la historieta que por millones reparte el gobierno federal a todo ciudadano que se vacuna contra el Covid-19. Bueno, cada quién se gana la vida como puede, pero los apapachados de la 4T no se parecen a los de la época neoliberal. Les falta caché, diría un Fifí.
El Fisgón comentó a López Gatell que “habría una campaña para generar desánimo y desilusión” entre los mexicanos contra el gobierno, y estas campañas “se nutren de la desgracia”.
Barajas le puso a modo el tema y el subse nomás se sirvió con la cuchara grande y hasta habló de golpe de Estado en México, ¡caray!, en la que se estaría utilizando a los niños con cáncer y refirió que hay dos elementos clave para generar una oleada de odio y “son la desinformación y el pánico”, como es el caso del abasto de medicinas.
Negó que haya desabasto, aunque su jefe y profeta Andrés Manuel aceptó el desabasto e incluso prometió solucionar el caso la semana pasada. Pero, ¿qué cree usted? ¡Andrés Manuel incumplió!
El caso es que López Gatell estaba en su elemento con tres caricaturistas afines a la 4T que le preguntaban lo que sin duda quería le preguntaran y se desahogó:
“Lo digo clara y abiertamente, en el PRI y en el PAN, tenemos exfuncionarios y exfuncionarias, legisladores de esos dos partidos, que participaron en el jugoso negocio de la corrupción del abasto de medicamentos en administraciones pasadas; ninguna sorpresa. El sexenio de Fox, el sexenio de Calderón, el sexenio de Peña Nieto y hoy están profundamente dolidos porque hemos cambiado la lógica de adquisición de medicamentos y hemos abierto al mercado mundial, quitando monopolios y oligopolios locales, donde ellos tenían una participación mayoritaria”.
Solo para no cansar a mis 13 lectores, pregunto: ¿Por qué López Obrador y López Gatell no denuncian ante la Fiscalía General de la República, a los pillos que hicieron y pretenden hacer negocio multimillonario con el abasto de fármacos? ¿Por qué no presentan demanda penal contra los provocadores de la infodemia que, además, son golpistas? Total, los tienen identificados.
¡Caray! Como que llama la atención tanta perversidad de la dupla López Obrador-López Gatell. ¿Serán acaso presa de sus propias falacias, provocadores incendiarios de la pandemia de la mentira que destila la 4T? Como dice el prócer a la línea mercenaria en las mañaneras: ahí se los dejo de tarea. Conste.
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