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Después de estas elecciones en donde Claudia Sheinbaum ganó arrolladoramente la presidencia de la República, y existe la amenaza cantada por el presidente actual, de instrumentar su famoso plan C. Es de esperarse que tendremos un Gobierno autocrático que destruya nuestra democracia y capture a la justicia, cuando concluya el presidente saliente López de impulsar (a partir del 1º de septiembre, cuando tome posesión el nuevo Congreso de la Unión), sus reformas constitucionales, que capturen a la Suprema Corte de Justicia, disminuyan el tamaño del Congreso para también sujetarlo, eliminando casi por completo a la oposición, inutilicen al INE y destruyan al INAI.

A menos de que haya una resistencia del nuevo Congreso de aprobar estas reformas, debido a un “detente” impulsado por la virtual presidente electa, por miedo a meter a México en una espiral de crisis financiera debida a la presión que ejerzan sobre ella los mercados financieros internacionales, ya que este escenario es muy probable que se dé, con un retiro masivo de inversiones de México, proveniente, tanto de inversionistas extranjeros como de nacionales que se sientan amenazados en la recuperación de sus inversiones.

Sin embargo, es probable que este último escenario no se vaya a dar, puesto que la virtual presidente electa Sheinbaum has tenido y expresado en su campaña un acuerdo ideológico con el actual presidente. Al darse estas reformas, los ciudadanos que creemos en la democracia liberal, en el balance de poder, por medio dediques constitucionales y en la libertad ciudadana para elegir a sus gobernantes, tendremos que iniciar un proceso de resistencia.

Ahora bien, tenemos enfrente una primera lucha de resistencia, consistente en la actitud que han mencionado algunos consejeros del INE, institución que poco a poco el obradorato ha venido domesticando, que pretenden aplicar la Constitución con una interpretación que atenta contra la voluntad del constituyente, que le otorga a los partidos triunfantes en las pasadas elecciones, una sobrerrepresentación que excede del 8% impuesto por la Constitución como límite, aduciendo que este tope únicamente se aplica a los partidos cuando no se coaligan, pero que en el caso de coaliciones el limite del 8% no se aplica.

Con esta interpretación el oficialismo de morena y aliados obtendrían una sobrerrepresentación que excede más del doble del tope del 8% aludido, y, en consecuencia, tendrían en la Cámara de Diputados la mayoría calificada para modificar la Constitución.

Lo que trato de inducir a mis lectores, es que se tiene que empezar desde ahora a generar una resistencia a este régimen autoritario en ciernes, y lo primero que tenemos que hacer es recuperar al único partido de real de oposición viable que queda ahora, que es el Partido Acción Nacional.

Además, tanto los partidos opositores como la sociedad civil debemos protestar en las calles y en las redes sociales para que la sobrerrepresentación mencionada no otorgue al oficialismo la mayoría calificada necesaria para reformar la Constitución.

Debemos de comprender que esta resistencia tiene un antecedente histórico que se dio en 1939 en contra del autoritarismo del gobierno de Lázaro Cárdenas del Río; que fue el nacimiento del Partido Acción Nacional.

En efecto, como el PAN nació como resistencia al gobierno autocrático del Partido de la Revolución Mexicana, abuelo del Partido Revolucionario Institucional, fundado por el general Cárdenas.

El enfoque inicial del PAN fue educar a los ciudadanos en sus derechos cívicos para crear una oposición al régimen autocrático del PRM. Esta iniciativa dio frutos cabales después de grandes sacrificios y acciones que llevaron 61 años.

Sin embargo, el PAN ha sido capturado por sus propios liderazgos, cuya visión es hacia la obtención de posiciones de poder para ellos, y no hacia la generación de ciudadanía que busque el poder para el logro del bien común, objetivo de su fundación. El bien común no es otra cosa, más que las acciones de Gobierno dirigidas a generar un entorno propicio para que los individuos realicen sus anhelos en su vida y se desarrollen libremente.

Es por ello por lo que debemos de trabajar arduamente para recuperar la mística que dio origen al PAN, ya que México necesita tener una base de ciudadanos libres que arduamente trabajen para la recuperación de nuestras instituciones democráticas que son el único vehículo que nos puede traer el bien común.

Así que induzco a todos los ciudadanos de buena fe que deseen trabajar hacia este objetivo a que realicen las acciones necesarias para iniciar este gran movimiento de resistencia que necesita el país.