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Un fracaso para el canciller Marcelo Ebrard y un golpe al ego de Andrés Manuel López Obrador resulto la reunión de los presidentes de Latinoamérica y del Caribe en Palacio Nacional, el sábado.

Como era de esperarse, no todos los presidentes están de acuerdo en la forma pensar y esto mostró que, dentro del nuevo organismo, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (Celac), las divergencias son amplias en relación como llevar un gobierno en beneficio de la población de sus naciones

Ejemplo claro fueron las posturas de los mandatarios de Uruguay y Paraguay quienes expresaron su desacuerdo en apoyar a los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, acusados de violar derechos humanos, de no permitir la participación de oposición y libertades ciudadanas.

Esto tampoco permitió que se concretara la propuesta de López Obrador y de Marcelo Ebrard, de sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA) por la Celac.

Todo esto para fortalecer a López Obrador como el líder de esta nueva organización a favor, según él, de la defensa de la democracia, los derechos humanos y una libertad de estas naciones para crear una nueva organización que no esté bajo “el yugo e intereses de Estados Unidos de Norteamérica”.

Pero no todo fue negativo hubo algunas codas positivas como propuesta la de la Cepal, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, que, a través de su secretaria general, Alicia Bárcena, se trata de un plan de inversión para Centroamérica y el sur de México. Esto con el objetivo de atacar de raíz el problema de la migración con la creación de puestos de trabajo, con remuneración adecuada para las poblaciones locales.

Ahora falta establecer los programas que permitan llevar a cabo este Plan de Desarrollo Integral. La Cepal presentó un plan de 114 programas con inversión en infraestructura, creación de mercado interno y comercio entre la región. Pero para llevarlo adelante se necesitarían 45 mil millones de dólares.

Estados Unidos no ha querido sumarse a las propuestas mexicanas para reactivar Honduras, El Salvador y Guatemala, así como el sur de nuestro país. Ahí el presidente López Obrador ha insistido, una y otra vez, en su plan de reforestación Sembrando Vida, así como en su plan de becas a jóvenes Construyendo el Futuro. Ninguno de esos programas es avalado por la administración estadounidense de Joe Biden: consideran que Sembrando Vida deforesta la flora nativa y que Construyendo el Futuro se queda en un plan de becas sin reinserción laboral al mercado formal de trabajo.

Sin embargo, insisto el programa es interesante.