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Estira y afloja

A partir del traspaso de los puertos de la SCT a la Secretaría de Marina, que encabeza el almirante Rafael Ojeda Durán, surgió una lucha por el poder entre almirantes y oficiales, así como por funcionarios civiles. Por una parte, están los que respaldan a la Unidad de Capitanías y Asuntos Marítimos (Unicapam), a cargo del vicealmirante Ubaldo Gómez, que controla a todos los oficiales de las Capitanías de Puerto y el tránsito de buques.

Estas capitanías se convirtieron en un poder paralelo a las Administraciones del Sistema Portuario Nacional (Asiponas) porque controlan el ingreso y salida de embarcaciones comerciales, pesqueras, petroleras, graneleras, gaseras y demás. Y los capitanes son el “agente de tránsito” de los puertos, con todo lo bueno y lo malo de esta figura.

De la otra parte están los almirantes y vicealmirantes que fueron designados directores en los 14 puertos comerciales que reportan a la Capitana de Altura, Ana Laura López Bautista, coordinadora general de Puertos y Marina Mercante, lo que ya es una molestia para más de dos.

Aunque ella informa directamente al almirante Ojeda Durán, muchos de los directores prefieren arreglarse directamente con el subsecretario de Marina, almirante José Luis Arellano, que cuenta con un amplio abanico de decisiones. Él negoció las reformas a las leyes de Puertos, Marina Mercante y de la Administración Pública para el traspaso a Semar y recibió el puesto como reconocimiento, pero se asegura que mueve sus propias fichas.

Esta lucha por el poder llegó el 16 y 17 de marzo a la mañanera, donde se hicieron preguntas que pretendían impactar instituciones de la Marina, un día en contra de la Escuela Naval Militar y otro contra las Escuelas Náuticas Portuarias, ambas en grupos diferentes dentro de Semar. El propio presidente Andrés Manuel López Obrador atajó el misil al recordar que este tipo de información tiene la etiqueta de sus remitentes, y recordó que Ojeda Durán no salió del grupo de almirantes que tenía el poder en Semar y que lo seleccionó por eso, ya que la propuesta realizada al tabasqueño por el ex secretario Francisco Soberón Sáenz, era nombrar a su propio secretario particular.

De hecho el propio Ojeda fue promovido a almirante tres meses previos a la toma de posesión de López Obrador, y dejó en la fila a muchos otros almirantes y mandos navales del ala tradicional. Las posiciones encontradas de la Unicapam y de la Coordinación de Puertos, se han evidenciado en muchos temas donde ni la intervención del secretario Ojeda es tomado en cuenta muchas veces por sus pares. Por eso se prepara para el segundo semestre la jubilación de muchos mandos y almirantes para crear una nueva generación que responda a una sola línea; entre quienes se jubilarán está el subsecretario, almirante José Luis Arellano.

jesus.rangel@milenio.com