Si tomamos en consideración que la oposición no puede estar en desacuerdo con las propuestas que hizo el presidente en su campaña, como lo es:
- Acabar con la corrupción.
- Atacar la desigualdad.
- Tener un pleno Estado de derecho.
- Subir los niveles de bienestar.
- Acabar con la impunidad.
- Igualdad ante la ley.
- Libre manifestación de la ideas y libertad religiosa.
- Democracia plena.
- Eliminación del fuero.
- Revocación de mandato.
- Austeridad presidencial y republicana.
- Desarrollo del Sureste.
- Rescate del campo y autosuficiencia alimentaria.
- Diversidad biológica y cultural de México y antitransgénicos.
- Siembra de árboles.
- Fomento de la pesca.
- Preminencia del sector energético, construcción de refinerías, extracción de gas, fortalecimiento de la industria eléctrica.
- Bajar el precio de las gasolinas.
- Proteger el medio ambiente, evitando proyectos que la afecten.
- Apoyar la construcción desarrollando infraestructura.
- Modernización carretera.
- Fomento a la construcción de vivienda.
- Cancelación del aeropuerto de Texcoco y ampliación del de Santa Lucía.
- Creación del corredor económico del Istmo.
- Trenes rápidos desde CDMX hasta la frontera norte y el Tren Maya.
- Fomento de las pequeñas y medianas empresas.
- Fomento al turismo.
- Zona libre en las fronteras y reducción de impuestos.
- Mejoramiento del salario mínimo.
- Apoyo a los jóvenes con becas.
- Acceso universal a las telecomunicaciones.
- Estado de bienestar, pensionando a adultos mayores y discapacitados, desarrollando apoyos alimenticios.
- Preminencia al apoyo a los pobres y a los pueblos indígenas.
- Revolución educativa y apoyo a las escuelas, con alimentación y becas.
- Pase automático en escuelas.
- Fomento a la cultura y a las artes.
- Fomento al deporte.
Bien, después de esta larga lista de buenas intenciones, la agenda de la oposición debe de ser de apoyar con ahínco todas, salvo las siguientes:
- Eliminación del fuero. En efecto, el fuero debe limitarse para la libre expresión de las ideas y no a garantizarle impunidad a sus beneficiarios, por lo que se tienen que replantear las reformas aprobadas.
- Revocación de mandato. Debe de replantearse la legislación aprobada con el consenso de la oposición para ceñirla al mandato constitucional de una sanción de revocación de mandato al presidente por pérdida de confianza, eliminándole el guiso de ratificación de mandato.
- Austeridad. Ésta no debe ser en detrimento de la función pública y de los derechos de los servidores públicos altamente capacitados, ni de la calidad de los servicios del Estado al ciudadano.
- Desarrollo del Sureste. Sí se debe de dar sin detrimento del desarrollo del resto del país, sobre todo en donde hay grandes oportunidades.
- Autosuficiencia alimentaria. Debe de suceder si es factible y sin subsidios innecesarios. Si producir granos en México es mucho más caro que importarlos, no hay razón en no importarlos, y producir hortalizas que generaran más riqueza para el campo.
- Antitransgénicos. Combatir a los transgénicos que han sido probados en cuanto a su inocuidad es un despropósito ideológico.
- Siembra de árboles. Sí, pero con criterios científicos bien sustentados, no de la forma disparatada en que actualmente se hace.
- Energía. Respetando la constitución, sin destruir el medio ambiente, sin discriminar a la iniciativa privada, respetando la ley de transición energética hacia las energías alternativa y sin generar monopolios de Estado.
- Bajar le precio de las gasolinas. Sí, reduciendo el IEPS, para ajustarlo a los precios internacionales, sin subsidios.
- Aeropuertos. Se debe revivir el proyecto de Texcoco y terminarlo.
- Trenes. Cancelar el Tren Maya y explora inversionistas que se interesen en los trenes rápidos hacia la frontera norte.
- Becas a jóvenes. Bien estructuradas y basadas en méritos.
- Estado de bienestar. Sí, pero con reglas de operación adecuadas.
- Educación. Regresar al sistema de evaluación educativa.
- Pase automático. Eliminarlo.
Los demás proyectos son buenos y todos los queremos, pero necesitamos un uso responsable de los recursos públicos y una supervisión de la eficacia del gobierno que no existe.
Sobre todo, la oposición debe defender al Estado de Derecho, la división de poderes y a los órganos autónomos, para preservar la democracia y la República del embate de un dictador.