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El presidente Trump utiliza los aranceles, según él, como el método más adecuado y eficiente para hacer que la economía de los Estados Unidos de América crezca, recuperando su base de manufacturas. Estimamos que dicha estrategia es equivocada y puede provocar el efecto contrario al que pretende afectándose al consumidor y perjudicando mundialmente a la economía. Voy a explicar brevemente el por qué de esta aseveración:

  1. Los aranceles son impuestos pagados por el importador de mercancías provenientes de un país extranjero. Trump habla de “imponer aranceles a China, a México, a Canadá, a la Unión Europea y al resto de los países del mundo, aún los no habitados. Cuando dichos aranceles en realidad se los está imponiendo a las personas que importan mercancías de dichos países a los Estados Unidos. Normalmente, el monto de dichos impuestos de importación se traslada al consumidor final, aunque puede haber estrategias de asunción de dichos costos para retener compradores, pero esas estrategias no pueden ser permanentes.
  2. La imposición de aranceles lo que logra es convertir más cara la mercancía proveniente de un país determinado para inducir al consumidor el comprar esa mercancía, ya sea, de otro país que no tenga arancel alguno, como en el caso de las mercancías originarias del T-MEC, o las que provengan de Estados Unidos. El problema aquí para los Estados Unidos es que generalmente las mercancía provenientes de China no se producen en Estados Unidos y si se llegaren a producir, es a costos más altos que los aranceles impuestos, y si se pretende que con los aranceles se inducirá a los productores a manufacturar las mercancías en Estados Unidos, es muy probable que opten por manufacturarlas en México o en Canadá, por estar exentas de aranceles por motivos del T-MEC, y por tener costos más bajos, que hacerlo en los Estados Unidos. Por lo que con la imposición de aranceles lo que estarían logrando es aumentar los precios de dichas mercancías en los Estados Unidos, porque es probable que los costos de producirlas sean más altos en México y Canadá, y no se diga en los Estados Unidos.
  3. Todo lo anterior, a lo que nos lleva es que la política arancelaria de Trump lo que genera es una cerrazón de la economía global, porque provoca reacciones proteccionistas de las naciones a las que impone aranceles a sus productos, y eso lleva a que en lugar de dejar al libre mercado que ordene la producción y competencia en base a precio, calidad, entrega eficiente, servicio al cliente, desarrollo de innovación y nueva tecnología, se lleve a tener economías cerradas que inducen al aumento de precios, baja en calidad de los productos y supresión de la innovación y del desarrollo tecnológico.
  4. Las premisas en las que Trump se basa para desarrollar esta política de aranceles son falsas. Él dice que todo el mundo se ha a provechado de los Estados Unidos porque dicho país, en general, guarda un déficit entre sus importaciones y exportaciones. Sin embargo, lo que ignora es que ese déficit no es real, porque no toma en cuenta el valor que Estados Unidos genera con los servicios y con la propiedad intelectual que exporta a todo el mundo. Si Estados Unidos abre su economía, y únicamente vigila las verdaderas prácticas desleales, como el dumping, que es el vender mercancías debajo de su costo real o las subvenciones gubernamentales, que son los apoyos que dan los gobiernos para la producción de mercancías, que deben ser castigadas con prohibiciones a su comercialización a través de diferentes métodos, pero deja que en los demás casos fluyan libremente las mercancías, los consumidores finales tendrán productos de calidad a bajos precios, con garantías de defectos y apoyos para su utilización, a través de servicios eficientes al cliente, desarrollándose las economías a nivel mundial para beneficio de la humanidad.