NÚMERO CERO/ EXCELSIOR
La foto del exgobernador de Nuevo León, El Bronco Jaime Rodríguez, fichado en prisión y acusado de desviación de recursos públicos, es una jugada a dos bandas de Samuel García para tomar distancia de la anterior administración y de la de López Obrador, que coincidían en la promesa de acabar con la corrupción del pasado como bandera política. La tentativa, sin embargo, será efímera si no logra procesarlo y reedita el caso del exmandatario priista Rodrigo Medina hace seis años en su estado.
La divulgación de la imagen de El Bronco posando con su ficha en el penal de Apodaca sacudió a López Obrador, que aún no logra una foto así de algún antecesor o excandidato presidencial a los que acusa de corrupción, como al panista Ricardo Anaya. El Presidente deploró la difusión de la foto y pidió no utilizar la ley para venganzas políticas, al igual que a él le reclama la oposición. En cualquier caso, los dos gobiernos parecen ver la lucha anticorrupción como estrategia en la periferia de la política sin ir al fondo de ella.
No obstante, el hecho que no puede obviarse es que dos de los cinco aspirantes de 2018, Anaya y El Bronco, están en vías de ser procesados. El caso irritó a las redes de Morena, que reclamaron que la detención del Bronco no se califique de persecución política como sucede con las averiguaciones de opositores al gobierno federal. Ni pasó por alto que ese tribunal mediático aprovechó para recordarle al exgobernador que hoy sea víctima de sus bravatas, como aquella de ofrecer “mochar la mano al que robe en el servicio público”. Pero, más allá de parecer víctima de su propia boca, el punto ahora es si se quedará en prisión por presuntamente distraer recursos públicos en las firmas para su candidatura independiente en la elección presidencia en 2018. ¿Cuántos en el país estarían en la cárcel por un delito como éste?
Ya el INE lo había descartado de esa elección por presentar irregularidades en más de la mitad de los dos millones de firmas en su apoyo, aunque lo rescató el Tribunal Electoral. Ahora el asunto es el que motiva su detención, pero es poco claro si el delito aplica a la prisión preventiva o recibirá nuevos cargos, como abuso de autoridad o lavado de dinero, para seguir preso. El Bronco ya ha presentado 4 amparos y hasta el exfiscal anticorrupción de Nuevo León ve difícil que sea vinculado a proceso porque el presunto delito no acredita daño patrimonial al estado o enriquecimiento personal, como en los casos de corrupción.
La oportunidad de Samuel García de separarse del pasado con esta detención o de los fracasos de la justicia del gobierno de López Obrador pende, pues, de hilos muy delgados. Hace apenas unos días, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, se pronunció por una alianza opositora para 2024 que respaldara al alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, y al propio Samuel García, aunque no es la primera vez que sus nombres suenan para enfrentar a Morena en la sucesión. Los poderosos grupos empresariales de NL parecen dispuestos a apoyar todo lo que no sea “el viejo PRI” en el que militó El Bronco 33 años, ni lo que huela a López Obrador, aunque eso no significa una estrategia para impulsar al gobernador.
La decisión del gobernador de ir tras El Bronco para diferenciarse puede estar en el interés de granjearse su respaldo, pero el caso podría correr la misma suerte que con Rodrigo Medina, que entró de pisa y corre a prisión sin que nunca su caso se sancionara. Como puede verse, no es la primera vez que un gobierno en Nuevo León ha usado la lucha anticorrupción como táctica política sin entrar de lleno al combate a la corrupción.
El caso, no obstante, podría meter presión a las averiguaciones con que el gobierno federal ha tratado de hacer realidad la promesa de López Obrador de “barrer la casa de arriba a abajo”. En su gobierno, como en el de Nuevo León, la lucha anticorrupción es una de sus principales banderas políticas y no querría quedar atrás de un estado opositor, aunque no haya encartado ni a Colosio ni a Samuel entre los que podrían abanderar la oposición en contra de su proyecto en 2018. ¿Será que ahora los empezará a ver?