COMPARTIR

Loading

Una mala administración de los recursos de un país, dejan como resultado un incremento a la deuda del mismo, que debe hacerse frente y que terminan pagando todos los pobladores, sin excluir a nadie.

El oriundo de Macuspana, manifestó siempre que “administrar un país no requiere de gran ciencia”. Y de esta manera se la paso ejerciendo el poder, y gastando los recursos públicos del país, como si fueran parte de su chequera personal.

Se crearon mega obras, que no han tenido hasta el momento una utilidad pública, sin embargo, siguen siendo parte del presupuesto, para concluirlos de manera completa y para el pago de mantenimiento y nómina de las mismas.

Esto es, se incrementó el monto de la deuda y esto hace que los llamados Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) se incrementen también.

Estos RFSP que son la diferencia la diferencia entre los ingresos presupuestarios y los gastos del sector público. Así en 2018, cuando el macuspano inicio su sexenio estos requerimientos se ubicaban en 2.1 por ciento de los ingresos tributarios para el 2024, fin del sexenio del tabasqueño, se ubicó en 5.7 por ciento. Esto estableció que los RFSP pasaron del 43.6 por ciento del PIB en 2018 al 51.4 por ciento.

Estas cifras indican México no podrá hacer frente de manera importante al pago de la deuda, derivado de que los ingresos presupuestarios son mínimos. Si consideramos que el endeudamiento como proporción de los ingresos presupuestarios es cada vez más alto ubicándose en 2024 en 25,9 por ciento.

Entonces para reducir este nivel de deuda en México deberemos tener crecimientos económicos para poder cubrir los niveles de endeudamiento que tenemos. Es decir, debemos tener un crecimiento del 6 por ciento cada año, para poder ir disminuyendo la deuda a través del incremento de recaudación.

Sin embargo, el nivel de crecimiento de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para este año se fijó en un rango de 1.5 por diento a 2.3 por ciento, Pero organismos internacionales como la OCDE han calculado un crecimiento negativo de la economía de 1.3 por ciento y el Banco de México estima un crecimiento para este año de tan sólo 0.1 por ciento.

Por ello, la única vía que tenemos para hacer frente a esta deuda se hace necesario mantener recortes presupuestales, lo que lógicamente impide el crecimiento económico del país.

Si a esto sumamos que Claudia Sheinbaum se ha comprometido a otorgar recursos como el posible reembolso de 1 por ciento a las remesas de los mexicanos en Estados Unidos o los aumentos salariales a los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Esto provoca que los recortes presupuestales sean más amplios.

En conclusión, a quienes siguen pensando que el tabasqueño ha sido el mejor presidente de México, las cifras lo desmienten y coloca al tabasqueño como el peor presidente de la época moderna del país. Nos dejó de herencia un endeudamiento enorme, obras inconclusas y un populismo que más que ayudar a la gente, solo socializa la pobreza y deuda entre todos los mexicanos