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Tenemos innumerables señales del malestar que el presidente ha estado sintiendo desde que se dieron los resultados electorales en las pasadas elecciones. La más reciente muestra de dicha preocupación es la importancia y escándalo causado, en gran parte promovido desde Palacio Nacional, por la supuesta alianza del Partido Acción Nacional con VOX. Un partido español que se le cataloga como de extrema derecha.

Bueno, he visto suásticas en azul e innumerables personas que se rasgan las vestiduras por la supuesta alianza. Hasta panistas insulsos como Gustavo Madero han comprado el escándalo.

En primer lugar, no hay tal alianza. Sí, un grupo de senadores del PAN, incluyendo al coordinador, cometieron el desatino político de juntarse, y publicitar con visos de orgullo, una reunión con el dirigente de VOX. A partir de allí, ardió Troya. El presidente dijo en su conferencia de prensa que celebraba que los dirigentes del PAN hubieran decidido actuar con autenticidad, “es decir, que no opten por la simulación o por la hipocresía, que ellos digan: somos franquistas o somos monárquicos, somos anti comunistas, abiertamente, eso se reconoce, porque ese es el pensamiento conservador y aquí en México y en todas partes es el pensamiento que sostienen y defienden muchos en lo individual y en los partidos”.

Nada más que manejan ese pensamiento de la puerta hacia adentro, o sea, son de clóset.”

Como podemos ver, el presidente quiere aprovechar cualquier oportunidad para desprestigiar a su principal oposición, porque realmente se encuentra preocupado por lo que está pasando en su administración.

Pero aclaremos de una vez por todas, que el PAN no es en realidad un partido de extrema derecha. Es un partido humanista que cree en la política con una visión a partir de la eminente dignidad del ser humano.

Hace tiempo me pidió Samuel Schmidt, que escribiera un artículo para su libro Por qué fracasa la derecha, y en parte de mi artículo definí lo que es realmente el PAN, del cual transcribo lo siguiente:

“En el PAN, sí creemos en el mercado libre, pero con una intervención del Estado para evitar los abusos y las distorsiones que los privados y el gobierno generan en el entorno del desarrollo de los negocios que impiden realmente lo que significa el libre mercado…

Sí, el PAN cree en la iniciativa privada y en la persona individualmente considerada a la que le reconoce un estatus de dignidad, para que con su esfuerzo individual y su creatividad se desarrolle libremente para establecer empresas y para arriesgar capitales que generan riqueza, no nada más para los inversionistas, sino para la sociedad en su conjunto.

En el PAN no creemos en un Estado que lo domina todo sino en un Estado subsidiario, cuya principal obligación es proporcionar el bien común, que no es otra cosa más que generar los entornos necesarios tanto físicos, como de orden, de paz y concordia, para que los individuos desarrollen plenamente sus vocaciones y cumplan con sus anhelos en la vida.

La intervención subsidiaria del Estado consiste en que, lo que no puedan hacer los privados, el Estado tiene que proporcionar sus recursos físicos y humanos para apoyar el entorno necesario para el desarrollo individual que no sea posible que el sector privado lo lleve a cabo.

En el PAN sí creemos en la empresa, pero en una empresa con responsabilidad social. Empresa que no sólo vea el beneficio de sus inversionistas sino el beneficio de la colectividad en general, insertándose cómo parte del entorno social y desarrollando a su localidad, apoyando solidariamente su crecimiento y aportando lo necesario para mejorar el entorno de desarrollo humano de la comunidad.

El PAN quiere y apoya al Municipio libre y autónomo, así como la autonomía de la de las entidades federativas, promoviendo que el gobierno federal, de forma subsidiaria, apoye al desarrollo local y regional. No queremos un gobierno centralizado y fuerte que todo lo domina y todo lo controla, si no en una sociedad libre en donde, a partir de lo local, el gobierno intervenga para poner orden institucional, basado en el Estado de Derecho, y principalmente dedicado a darnos seguridad y justicia.”

Si a eso el presidente le llama conservadurismo, pues que así sea. Con ese conservadurismo desean vivir los mexicanos, estimamos los panistas.