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ESTIRA Y AFLOJA

El 24 de septiembre el Senado avaló el dictamen de la ley que fomentará y protegerá al maíz nativo y evitará modificaciones que pongan en riesgo la salud humana. Está ahora en manos de los diputados su posible aprobación, aunque ya hay voces que exigen más claridad en el texto redactado porque no aclara cuáles son maíces genéticamente modificados y cuáles son los de hibridación o mejoramiento.

Manuel Oyervides, líder de mejoramiento genético de Bayer Crop Science México, aseguró que es positivo cuidar el maíz nativo, pero advirtió que si se prohibiera sembrar híbridos “sería catastrófico porque 70 por ciento de la producción nacional es con el uso de semillas híbridas. El maíz nativo tiene un rendimiento de 500 kilogramos por hectárea y si solo se usara este grano, tardaríamos 400 años aproximadamente en alcanzar los actuales niveles de producción”.

De acuerdo con las estadísticas, la producción nacional de maíz blanco es de alrededor de 24 millones de toneladas. “Somos autosuficientes porque las necesidades son por 23 millones; en el caso del maíz amarillo tenemos que importar 13 millones de toneladas de Estados Unidos porque su precio es más barato. Nuestro objetivo es elevar el rendimiento en la producción de maíz blanco para atender el crecimiento de la población; somos 126 millones y en 2050 se prevé llegar a 140 millones. También tenemos que producir más maíz amarillo para reducir compras externas”.

El especialista destacó que la iniciativa de ley es “confusa” porque en todo el mundo se conoce a la semilla básica de maíces nativos, que “es una categoría en el proceso de certificación de semilla de híbridos. ¿Cómo se mezcla esto que no tiene nada que ver con lo nativo ni con lo híbrido? La diversidad genética debe ser preservada, y las mejores colecciones, las más grandes que se hicieron en los años 40, están en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) con sede en Texcoco y en la Universidad de Chapingo, además de los existentes en Colorado y en la Isla de Normandía para usarlos en caso de un cataclismo. Hay más del tema.

jesus.rangel@milenio.com