Cuando se trabaja con base en mentiras para mantener una popularidad, tarde o temprano estas pueden revertirse y colocarse como el adversario mas grande a vencer y esto es lo que empieza a resentir la imagen de Andrés Manuel López Obrador, ante la realidad que viven muchos mexicanos y que podría ser un factor determinante para no alcanzar el objetivo de lograr la continuidad del proyecto autodenominado 4T.
Al menos mucha gente que pertenece al llamado “pueblo sabio” empieza a ubicarse en su realidad y aun cuando la inflación empieza a ceder, este sigue castigando la economía familiar y mucho más a las familias de menores recursos.
Y es precisamente, la economía familiar el factor determinante para que la gente otorgue su voto o no a un partido político y así lo hemos visto a lo largo de esta primera parte del nuevo siglo, donde, hemos decidido, a través del voto, cambiar de régimen político, como respuesta a las malas administraciones federales, y al parecer esta 4T también sentirá el hartazgo de la gente ante la falta de resultados positivos para mejorar su calidad de vida.
En la Ciudad de México, donde se distribuyó o distribuye el gas bienestar, en apoyo a la economía familiar, desde hace tres meses, muchos habitantes de las alcaldías que tiene el servicio se han preguntado el porque ya no pasa el camión distribuidor del combustible, y porque no existe alguna información oportuna por parte de las autoridades para señalar los motivos y cuando se reestablecerá el servicio totalmente.
Las especulaciones de esta situación van desde que no existen los camiones suficientes para distribuir el combustible, porque no es lo mismo repartir en dos o tres alcaldías que en 8 o 9. Otros comentarios se refieren a que el personal de los camiones de distribución pedían una propina por el servicio de entrega de gas, casi de manera obligatoria para el consumidor, algo que entra en el concepto de corrupción, lo que causo que algunos consumidores se inconformaran y por ello la suspensión del servicio.
Algunos otros manifiestan que el gas ha incrementado su precio y que no puede ser sostenido por la empresa del bienestar hasta que tenga un nuevo presupuesto y probablemente esta sea la razón principal.
Otro tema que empieza a develar su realidad es el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde ya se dio a conocer en el Diario Oficial de la Federación que en un plazo de 60 días se concretará el traspaso de este aeropuerto a la secretaria de Marina (Semar), quien lo administrara, pero no se menciona nada sobre la tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA), de quien lo cobrará y administrará, si la Semar o la secretaria de Hacienda.
Debemos recordar que la TUA se utilizado estos últimos años como la garantía de pago de los 4 mil 200 millones de dólares de un total de 6 mil millones de dólares en bonos emitidos para financiar lo que sería el Nuevo aeropuerto y que su ubicaría en Texcoco, que mantiene vencimientos entre 2026 y 2048.
Aquí la interrogante es que si la Semar tendrá que pedir para le próximo año un incremento de su presupuesto para administrar el AICM o la SHCP le cederá los recursos del TUA. En ambos casos tendrá que haber ajustes presupuestales y quienes terminaremos pagando esta ocurrencias seremos todos los mexicanos porque los ajustes significan quitar recursos de otras áreas, como es el campo, salud, educación entre otras.
Porque además del aeropuerto, el decreto señala también se traslada a la Semar el Grupo Aeroportuario del Ciudad de México (GACM) y los Servicios Aeroportuarios de la Ciudad de México, es decir, es casi obligatorio un incremento al presupuesto de la Semar, o de lo contrario el AICM y esas empresas serán manejadas sin recursos, lo que las condenara a mayor deterioro de las instalaciones y operación.
Debo destacar que este GAM también emitió bonos Mexcat a cuatro plazos tres de ellos por un monto de mil millones de dólares cada uno, con vencimientos en 2026, 2028 y 2046 y otro más de 3 mil millones con vencimiento en 2047. Y aun cuando la SHCP en el 2018 realizo una recompra de bonos con valor de mil 800 millones, restan 4 mil 200 millones para seguir pagando.
Otro aspecto de la realidad que se vive es que el “súper peso” esta empezando a afectar las finanzas publicas sobre todo por los menores pesos recibidos por las ventas petroleras.
Es decir el dólar se encuentra barato, y al recibir los ingresos en dólares, se traducen en menos pesos. Esto afecta directamente en las finanzas públicas.
Aunado a esto, el precio del petróleo ha estado un poco más bajo del estimado en los Criterios Generales de Política Económica por el gobierno para 2023. En el primer semestre, la mezcla mexicana de petróleo promedio cedió un precio de 65.97 dólares por barril, mientras que el precio estimado en el Presupuesto de 2023, era de 68.7 dólares por barril.
Así lo dio a conocer ayer el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), recordó lo dicho por Hacienda, con una apreciación de 20 centavos en el tipo de cambio el efecto neto sobre el balance público es negativo, en 6,376 millones de pesos (-0.02% del PIB).
Es cierto que el dólar barato nos ayuda a pagar menos por la deuda externa, cotizada en dólares. Pero ese efecto positivo en el costo financiero de la deuda es de 0.01% del PIB, menor a la afectación en ingresos petroleros.
El CIEP recuerda que el tipo de cambio se apreció en junio de 2023, en 2.37 pesos, 11.9 veces más a lo esperado por pre criterios. Con esta apreciación del peso, tendríamos una afectación en el balance público de perdida en un monto de 75,555.6 millones de pesos. La realidad nos muestra que no estamos también como lo proclama el inquilino de Palacio Nacional.