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Ayer quedo establecido de manera oficial el grupo de notables que empezaran a realizar lo que será la próxima reforma electoral, y quizás hasta política, para nuestro país en aras de mantener el rumbo democrático que el México ha mostrado desde el inicio de este siglo y que ha permitido tener cambios de régimen.

Claudia Sheinbaum se reunió con esta gente en un salón de Palacio Nacional y hablaron sobre los puntos importantes que deberá contener esta reforma, con miras al 2027 y por supuesto al 2030.

Se toco el tema de la incorporación de los puntos de vista de expertos, analistas, políticos y todo aquel o aquella que pueda aportar algo sobre el tema, para supuestamente enriquecerlo, pero sabemos que esto solo será la ruta a seguir aun cuando sabemos hacia donde se inclinará esta reforma.

Es seguro que habal foros con mesa de debates y se convocará organizaciones, analista, expertos y políticos, para escuchar opiniones, que no necesariamente estarán plasmados en la iniciativa de reforma a presentar.

También es seguro que esta reforma estará basada en la imagen e ideología del grupo político que mantiene en el poder y más específicamente de quien tiene el poder de ese movimiento político.

Y aun cuando se abran foros y debates, el proyecto principal no cambiará porque “la mayoría aplastante” como la ha calificado Pablo Gómez, al referirse a los legisladores de Morena y aliados, serán quienes determine el sentido de esa reforma.

Además se buscará establecer la elección de los Consejeros que conformen el Instituto Electoral  y probablemente este proceso será abierto, de la misma forma como se hizo con el Poder Judicial.

Entonces será claro que la pre selección de los candidatos correrá a cargo del poder legislativo, específicamente de quienes son las mayoría y muy probablemente veremos en el momento de la emisión del voto ciudadano la aparición de “acordeones” con los nombres de los candidatos más afines al partido oficial.

Por tanto quienes resulten ganadores, su principal característica será estar de manera muy cercana con quienes en estos momentos detentan el poder, aun cuando su experiencia electoral sea mínima.

El resultado será que tendremos organismos electorales “autónomos” que garantizaran los triunfos y en caso de alguna revisión de los comicios, el grupo político en el poder, tendrá la certeza que la balanza se inclinará hacia su lado.

México entonces entra a la nueva etapa de la democracia. El mensaje ha sido claro y todos lo deberemos entender.