A la administración del licenciado Andrés Manuel la caracteriza la impronta de encontrar enemigos hasta en la sopa; consecuencia de la inexperiencia o los cargos de conciencia.
Una vacuna que no fue vacuna y perversamente no se aplicó ni se explicó de inmediato la causa del desaguisado, llevó nuevamente a la cacería de los malditos enemigos, los odiados conservadores, periodistas a quienes el licenciado y sus mercenarios de la primera fila acusaron de haber montado una escena que se viralizó y puso bajo sospecha la autenticidad de las vacunas contra el Covid.
Un severo y grave asunto que, en todo caso, implicaría la sospecha de que el montaje o el “error” fue a propósito, para desviar la atención respecto de un asunto más grave en el gobierno de la 4T; de ello hay ejemplos varios.
Pero, vaya, el punto es la vacuna que no se aplicó y la responsable que se esfumó.
Mire usted, este martes me corresponde el turno para aplicarme la vacuna contra el Covid-19 y lo haré convencido de las bondades de ésta y de la estrategia –ponderada hasta por los más recalcitrantes críticos de la 4T y de la administración que encabeza la señora Claudia Sheinbaum– aplicada para vacunar a millones de chilangos, con prioridad en el sector de los llamados adultos mayores, comunidad a la que pertenezco a mucha honra.
Y lo dije hace poco a mi respetable compadre AMM, quien ponderó esa organización que ha evitado aglomeraciones para no incurrir en perjuicio de la salud de los adultos mayores y encauzado una pulcra atención médica, porque lo es ésta de inmunizar contra el Covid.
Me vacunaré y si es de esa calidad la atención que, debe decirse, siempre es de obligada observancia, no dudaré en ponderarla y reconocer que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México sí sabe cómo hacerlo –en esto de la atención a la salud, no confundir–.
No tengo motivo alguno para dudar de esa calidad y calidez con la que se atiende en los centros de vacunación de la capital mexicana; reitero, he escuchado a colegas de abierta oposición a la 4T y críticos de los recurrentes yerros oficiales dictados desde Palacio como ideas geniales, elogiar, sí, elogiar la atención.
Y qué bien; espero contarle, el jueves próximo, cómo me fue en la Arena Ciudad de México, donde me aplicarán la primera dosis de la vacuna de marras.
Disculpe la recurrente praxis de hablar en primera persona pero es la pauta, en este caso, para demostrar que la inexperiencia, el protagonismo y los cargos de conciencia que abrazan a personajes como el propio licenciado López Obrador y su tocayo Hugo López-Gatell, los arrastra hacia ese perverso basurero de las culpas ajenas para encontrar responsables de yerros propios.
Y uno de esos errores, no cabe duda, es la falta de previsión y, sobre todo, de reacción ante un problema que se puede agravar y que, por ello, deja un tufo de fabricación doméstica como fue el caso de la señora, a quien no identifican como enfermera sino voluntaria que incurrió en un “error” al no aplicar una vacuna, caso grave que sólo ameritó separarla del equipo de vacunación.
¿Y?
Bueno, bueno, usted que sabe distinguir entre un error y la comisión de un despropósito a propósito, coincidirá en que lo menos que demandaba ese asunto era la detención de la enfermera que no era enfermera porque se trata de lo que se puede tipificar como delito grave, porque atenta contra la salud y la vida de un ser humano. ¿Será el único caso? Pregunta obligada.
Y en ello coincide, incluso, el doctor Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, quien durante la conferencia de prensa para rendir el parte médico de la pandemia de coronavirus al inicio de semana, aludió expresamente al caso de la voluntaria que, por “error”, solo pinchó al brazo de un adulto mayor sin la vacuna.
López-Gatell dijo que no se descarta ninguna hipótesis, es decir, que lo mismo pudo ser un error humano hasta un montaje, sí, un montaje como casualmente identificó el licenciado López Obrador horas antes, en a mañanera.
¿Montaje?, ¿en serio así lo considera el inquilino de Palacio?
El doc López-Gatell estimó que este caso podría derivar, incluso, en una sanción de carácter penal. Pero…
He aquí que, como lo hizo su jefe, en el púlpito de la mañanera, se alzó cual Catón para criticar a la maldita prensa conservadora y sostuvo que pareciera que busca hacer dudar sobre la vacunación en México.
Lamentó, con inocultable ironía, que no estuvieran reporteros de Televisa y de El Universal o el Reforma y concluyó que, “por alguna razón un evento les ha causado inquietud y lo comparan con 9 millones 407 mil aplicaciones de vacuna y parecieran querer buscar reglas generales para la preocupación de un caso”.
Quizá el doctor López-Gatell como el licenciado López Obrador sufren del síndrome de Aurelio Nuño y en lugar de leer, len. Porque el video, grabado por una familiar del señor a quien le aplicaron un pinchazo que semejó vacunar, se volvió viral en las redes sociales, no en algún noticiario de Televisa o en la primera plana del Reforma ni en el portal de un influyente y maldito periodista que añora los tiempos de las vacas gordas y es financiado por neoliberales y conservadores.
–Buenos días, presidente –saludó la respetada colega Sara Pablo y no preguntó nada respecto de la vacuna sin vacuna, pero Andrés Manuel aprovechó una segunda pregunta para emprender la embestida contra los malditos opositores, la maldita prensa que lo persigue y nada perdona, ésta que sueña con el pasado.
“(…) Ahora que se están vacunando a los adultos mayores –dio pauta Andrés Manuel–, que es una cosa yo diría buena, noble, es una actitud humana, los medios, El Universal y todos, la radio y la televisión… A ver si mañana sacamos un… Así como lo hicimos cuando dijeron que el aeropuerto había costado tres veces, resulta que hay un caso en donde están poniendo una inyección, un caso, se han aplicado aquí en la Ciudad de México donde fue este incidente como un millón 200 mil vacunas. Entonces, de repente un caso lo vuelven nota nacional.
–¿No le parece grave?—inquirió la colega.
–No, lo que hay que ver es si no fue montado, porque son capaces de todo. No sé usted, pero yo conozco a un periodista y un canal de televisión que era especialista en montajes, entonces no les tengo confianza.
Me llamó a atención. ¿No está ahí la foto de la señora que están inyectando o la señora que está inyectando? Esa la difundieron que le estaban inyectando y no tenía nada.
–Nada más metió la jeringa la enfermera. ¿No faltó aclarar este caso, presidente?—puntualizó Sara Pablo.
–La jeringa. No, pero salió en todos los medios.
Y he aquí que se soltó la jauría mercenaria. Bueno, Epigmenio Ibarra quién sabe de cuál fumó porque vio hasta a la CIA en este caso. Le comparto su twitter de las 10:45 de la mañana del lunes, poco después de concluida la mañanera:
“La derecha, acostumbrada a hacer “cosas repugnante” como lo establece la directiva de operaciones encubiertas de la CIA; bien pudo haber organizado la falsa vacunación de una persona y hacer un montaje; uno más de esos en los que un “periodista” (¿Carlos Loret de Mola?) y una televisora (¿Televisa?) tienen experiencia”, escribió el avispado intelectual de la 4T.
Mala estrategia porque, en lugar de abundar en las bondades de la vacunación y la reconocida labor de Claudia Sheinbaum y de la propia 4T, se abrió un debate de suyo perverso porque tiene el tufo de la cortina de humo que oculta asuntos como la crisis en Pemex y el endeudamiento sin deuda –así lo ofrecen en Hacienda y Presidencia–.
López-Gatell y un sedicente “periodista” que se asume representante de millones de migrantes, en la conferencia vespertina en el Salón de la Tesorería, en Palacio Nacional, con el objetivo de abrir y dejar plantada la versión de que fue montaje lo de la vacuna sin vacuna.
Horas antes, hicieron lo propio el licenciado Andrés Manuel y su línea mercenaria, a la que pertenece la señorita que entró a una clínica de embellecimiento y amaneció en otra que atiende emergencias de salud pero este lunes agradeció al señorpresidente la ayuda brindada en ese trance que calificó de secuestro.
Pero, pero… López Obrador nos despachó la siguiente reflexión:
“Como dicen los abogados, aceptando sin conceder de que fue real, de que se equivocó la señora, lo hizo de mala fe o quiso engañar, lo que haya sido, ¿qué?, ¿esa es la gran noticia?, ¿no les parece una exageración?”
¿Exageración pillar la comisión de un delito? Por supuesto, es noticia y lo debiera saber, en todo caso, Andrés Manuel, quien es la gran revelación como periodista, reportero, editor en jefe, jefe de información y de redacción. Fue, es, en todo caso, una lamentable noticia que mancha la buena tarea encabezada por Claudia Sheinbaum.
¿Van a investigar a la señora que incurrió en el “error de la vacuna sin vacuna”?
Dice Andrés Manuel que, “pues sí; se está haciendo la investigación, pero yo a lo que voy es qué precisión, porque como a la hora de que pasó esto ya estaban dando hasta rueda de prensa”.
–Bueno, es que lo subió un familiar en redes sociales y se viralizó el video—le aclaró la colega Sara Pablo.
–Sí, por eso, sí –coincidió el licenciado presidente–. Y después, de acuerdo a la información que tengo, se corrigió. Pero es un caso.
¿Entonces? Perversa la victimización. ¿Hay delito? ¡Por supuesto lo hay! Pero… Digo.
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