Al interior de su oficina secreta, en la clínica berlinesa Santa Anna, el doctor Hans Vergerus le vaticina a su encargado Abel Rosenberg, los acontecimientos sociales y políticos que tendrán lugar en menos de una década en la Alemania de finales de los años 20 y serán el comienzo de la gran pesadilla que sacudirá hasta los cimientos de ese país, agobiado entonces por el desempleo, la inseguridad, la inflación, las luchas políticas y el desaliento social.
―Algún día podrás decirle esto a quienquiera que desee oírlo y nadie va a creerte, a pesar de que cualquiera que haga un mínimo esfuerzo pueda ver lo que depara el futuro. Es como un huevo de serpiente. A través de la delgada membrana se puede distinguir un reptil ya formado –le dice Vergerus.
La lección es que una vez que el ente haya eclosionado, nadie podrá detenerlo y el poder de destrucción y aniquilamiento del gen del nacionalismo populista será inmenso; de ello serán responsables quienes –a pesar de percibirlo previamente–, se negaron a hacer algo para evitarlo.
La primera frase forma parte del epílogo del filme “El huevo de la Serpiente” (1977) escrito y dirigido por el cineasta sueco Ingmar Bergman, quien llevó a David Carradine, Liv Ullmann, Gert Fröbe y Heinz Bennent en los papeles principales.
El parágrafo que le precede, no forma parte del texto de Bergman, pero al paso de los años la expresión se ha vuelto repetitiva y sus consecuencias, terribles. Sociedades enteras han sido incapaces de dominar al monstruo que paradójicamente incubaron y alimentaron y luego se volvió en su contra.
En la historia reciente latinoamericana, así llegaron Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela; Daniel Ortega en Nicaragua, Evo Morales en Bolivia y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, quienes aprovecharon la crisis de representación partidista, el desencanto social y luego insistieron en evidenciar la incapacidad y los actos de corrupción de sus antecesores, para legitimarse en el ejercicio del poder.
Sin embargo, muchos de ellos -ocurrentes y diestros en la retórica, pero incapaces de cumplir con sus promesas-, sólo contribuyeron a profundizar las frustraciones políticas de la colectividad, agravar la problemática económica y social de sus países y a desalentar las inversiones del capital nacional y extranjero.
Al parecer un fenómeno similar se está gestando en México con Andrés Manuel López Obrador, quien -sin haber siquiera tomado posesión formal del poder, hecho que tendrá lugar el 1 de diciembre próximo-, ha dado ya evidencias de lo que será su estilo de gobierno y cómo piensa encarar los desafíos en materia económica y social en los próximos 6 años.
Mediáticamente la ha llamado la “Cuarta transformación”, un slogan que en el discurso suena bien, pero que ni siquiera ha sido suficientemente explicado de cara a los electores.
Por lo pronto, decidió cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco y optar por la Base Aérea de Santa Lucía, mediante una ilegal y sesgada consulta plagada de irregularidades, en la cual aproximadamente participó apenas el 1.2 por ciento de los votantes registrados ante el Instituto Nacional Electoral (INE).
Enrique Calderón Alzati, presidente de la fundación Arturo Rosenblueth, informó que 1 millón 67 mil 859 personas participaron en la consulta, que arrojó 747 mil votos (69 por ciento de los sufragios) a favor de la terminal aérea militar.
Texcoco obtuvo 310 mil 463 votos, el 29 por ciento de la votación.
“Qué bueno que estamos inaugurando esta etapa de consultas. A mis adversarios les digo que se vayan acostumbrando, porque cada vez que sea necesario, cuando se amerite, va la consulta” advirtió López Obrador al presentar los resultados.
Con ello envió un clarísimo mensaje de que recurrirá permanentemente a este tipo de artilugios empleados para cancelar la construcción del NAIM e imponer su voluntad, que traducida en pesos y centavos le costará a los mexicanos 200 mil millones de pesos, casi el 1 por ciento del Producto Interno Bruto del país, como lo reveló el economista Mario Maldonado del diario El Universal, al citar un informe del grupo financiero BBVA Bancomer.
Luego de que se dieron a conocer los resultados de la votación, Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), se dijo “sorprendido”, pues López Obrador le había prometido al sector empresarial que la consulta se apegaría a la ley “y no se hizo, lo que podría costar mil 500 millones de dólares de los recursos que los trabajadores tienen en la Afores que no es el ahorro de los fifís, sino el ahorro de los trabajadores”.
No concluir las obras del NAIM en Texcoco “podría ser un paso al abismo, y se encenderán fuegos que luego se tendrán que apagar” –dijo- y agregó que “en el caso infortunado de que decidiera no continuar con el proyecto, evaluaremos todas las posibilidades en el marco de la ley y las instancias legales que procedan”.
De Hoyos Walther advirtió que “cada acción tiene una reacción y cada centavo que se encarezca el tipo de cambio será responsable el presidente electo. Si hay consecuencias económicas no hay ninguna duda de a quien atribuirle esa responsabilidad”, indicó el empresario.
Los reclamos sobre la cancelación del aeropuerto en Texcoco, los recibió López Obrador también de parte de Damián Zepeda Vidales, coordinador de la bancada panista, quien en conferencia de prensa afirmó que “la farsa de su consulta revela su intención de gobernar a través de la manipulación del pueblo.
“Los mexicanos ya no quieren simulaciones, quieren ser consultados, pero de manera democrática, por un árbitro imparcial. Que sea una consulta real, representativa, imparcial, transparente, previa e informada”, dijo Muñoz.
Quien se expresó de manera directa fue la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz. “Se cansaron de decirnos que la Fundación Arturo Rosenblueth era la responsable de la consulta y que había un sistema de última generación, que iba a estar en la nube para que nadie votara 2 veces.
“Ante esto, lo único que me queda claro es que el presidente electo tiene asesores técnicos malísimos, y si son los mismos que lo asesoraron para el aeropuerto, ya nos cargó la chingada” –manifestó.
El estilo personal de gobernar de López Obrador ha sido percibido ya con mayor intensidad por los importantes consorcios económicos internacionales y gran parte de la población que al votar por él le otorgó su aval, considerando que una vez electo moderaría su accionar y propuestas radicales, y finalmente armonizaría sus proyectos de campaña con el entorno económico global, sin afectar la estabilidad del país.
LOS FOCOS ROJOS DE LA BANCA INTERNACIONAL; ADVIERTEN QUE AMLO PODRÍA UTILIZAR LAS CONSULTAS POPULARES PARA EXTENDER SU MANDATO
La cancelación del NAIM en Texcoco, “fue una decisión racional, democrática y eficaz que tomaron los ciudadanos, con respeto absoluto al Estado de Derecho, sin afectar intereses de las empresas y de los inversionistas”, dijo López Obrador.
Pero su anuncio con tintes democráticos no sólo ocasionó que el peso se depreciara casi de inmediato y rebasara las 20 unidades frente al dólar, sino que incluso analistas del prestigiado banco suizo internacional UBS, en un reporte señalaran que el presidente electo podría recurrir al mecanismo de la consulta para buscar su reelección.
El texto del análisis de UBS asegura que “la perspectiva económica sobre México sigue siendo cautelosa. Vemos la posibilidad de que un referéndum público sea aprobado como una forma constitucionalmente válida. El uso de reservas en el banco central (Banxico) también podría estar sujeto a una consulta de la gente.
“El referéndum ha sido validado. Como se señaló en nuestra investigación publicada, el tema más importante para los inversionistas debe ser el referéndum, no el aeropuerto. Creemos que el objetivo principal del presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO) era legitimar el referéndum como una forma de hacer que las decisiones avancen.
“La posibilidad de que su partido Morena alcance una mayoría calificada en el Congreso, aumenta la probabilidad de que un referéndum público sea aprobado como una forma constitucionalmente válida de hacer cumplir cambios a futuro, incluida la posibilidad de extender el mandato presidencial de 6 años.
“El referéndum también podría usarse para influir en las reservas de Banxico. El 18 de octubre, un artículo de opinión en el periódico El Financiero señaló que Morena y sus aliados en la cámara baja están trabajando en una propuesta para permitir que el presidente utilice las reservas de Banxico para financiar inversiones.
“Actualmente, Banxico posee más de 170 mil millones de dólares en reservas internacionales que proporcionan la liquidez necesaria para estabilizar la balanza de pagos, entre otros objetivos. El debilitamiento de estas reservas o incluso la posibilidad de que esto ocurra, en nuestra opinión dañaría el peso mexicano y contribuiría a su alta volatilidad”, expone el análisis del banco suizo.
Pese a los señalamientos y luces de advertencia de los grupos financieros internacionales, López Obrador ratificó que seguirá tomando decisiones, amparado en este tipo de mecanismos, como las consultas.
Y seguramente lo hará respaldado por sus legiones de incondicionales y con el apoyo de sus diputados y senadores, que conforman la mayoría del aparato legislativo nacional y nunca serán un contrapeso a ese populismo demodé, que tanto daño ha hecho a las sociedades de la región.
Ludolfo Paramio, periodista, político y sociólogo español, profesor en las Universidades Autónoma y Complutense de Madrid, en su ensayo Giro a la izquierda y regreso del populismo, asegura que “incluso si se somete a las reglas de juego de la democracia, el populismo no es un proyecto democrático.
“Divide a la sociedad a través de su distinción maniquea entre sectores populares y oligárquicos, basa su discurso en la confrontación y no pretende crear ciudadanos, sino seguidores.
“Por otra parte, la dinámica política del populismo puede derivar fácilmente en políticas económicas poco o nada responsables, ya que su prioridad es la redistribución clientelar en lugar de la inversión y la transformación de la sociedad”, señala el titular del Programa de América Latina del Instituto Universitario de Investigación José Ortega y Gasset.
Paramio ha mencionado también que la consolidación de un líder populista contribuye a profundizar la crisis de los partidos preexistentes, ya que su discurso fomenta su descredito y a menudo sus políticas estarán dirigidas a socavar los mecanismos de funcionamiento de la representación, erosionando sus bases sociales y recortando su papel en las instituciones.
“En este último término, el ataque a la oligarquía política conduce casi inevitablemente a un ataque a las propias instituciones políticas -más allá de los partidos-, y el intento de crear una nueva institucionalidad a la medida del régimen populista, lo que puede tener efectos negativos muy duraderos para la vida política democrática, más allá del propio ciclo populista”, asegura el académico.
Armando Fuentes Aguirre Catón, el periodista y escritor cuyas columnas se publican profusamente en diversos medios informativos de todo el país, hizo eco de los reclamos en torno a la reciente consulta avalada por Morena.
Su crítica fue demoledora:
“López Obrador está usando a la gente, sobre todo al pueblo, como comparsa de un sainete que tiende a justificar una decisión que ya ha tomado o que le servirá como pretexto para darle marcha atrás.
“En todo caso el Presidente electo no asume en forma personal la responsabilidad que le toca en este asunto: la endosa a otros para salvar él su figura. Esa manipulación habla de una conducta tortuosa y de un político que -todo lo indica-, recurre en sus acciones al engaño y la simulación y además lo hace sin habilidad ni tacto. Preocupémonos por México…”, dijo.
El huevo de la serpiente en proceso de eclosión.