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Quienes lo vieron en la sala de audiencias de la Corte de Brooklyn, en Estados Unidos, describen a Ismael “El Mayo” Zambada como un hombre derrotado, encanecido y de voz débil, pero suficiente para retratar cinco décadas de la relación del narcotráfico con el poder político, militar y policiaco en México.

Su audiencia programada para el lunes 25 de agosto para declararse culpable generó tanta expectación porque advertía (o algunos se frotaban las manos) la posibilidad de que “cantara” un “corrido tumbado” para “descabezar” a quienes desde el poder permitieron, gracias a una red de corrupción y crimen, que el Cártel de Sinaloa se convirtiera en la organización criminal más poderosa del mundo.

Y este hombre de 75 años de edad comenzó su “canto”. El primero y tal vez el único de manera pública y con audiencia.

“El Mayo” -relatan crónicas de periodistas mexicanos- tomó una hoja de papel y leyó en español lo que también sería traducido al inglés.

Era su confesión. Un relato de su historia criminal. El mea culpa.

Dijo que desde los 19 años de edad (1969) se involucró con drogas ilegales. Que sembró marihuana. Que traficó con su organización criminal, de 1980 a 2024, mil 500 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos. Que sus hombres eran dirigidos por comandantes policiacos y que mandó a asesinar a otros.

Luego Zambada soltó un “estribillo” de su “primer canto” que, sin decir nombres, se refleja hoy en las ocho columnas de los diarios mexicanos, pero no así, con tanto despliegue, en las portadas de los principales periódicos de Estados Unidos pese al show mediático que montaron las autoridades estadounidenses para presumir que ellos sí están “descabezando” a los cárteles mexicanos.

Lapidario, el capo de capos expresó que “durante 50 años he dirigido una gran red criminal. Desde el principio y hasta el momento de mi captura he pagado sobornos a policías, militares y políticos en México».

Pero Zambada no expresó más. Pidió perdón, se declaró culpable y no dijo quiénes lo encubrieron durante los gobiernos priistas de José López Portillo, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo; los panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, así como el gobierno morenista de Andrés Manuel López Obrador.

 ¿Y quiénes son esos políticos, militares y policías que lo cobijaron? ¿Se sabrán los nombres? El abogado de “El Mayo”, Frank Pérez, dice que su cliente no hablará de nadie, no dirá más, pero tan solo esa declaración, ese “estribillo” ya causó un cisma en las esferas del poder en México, y sin duda, hay quienes no pegaron el ojo desde anoche.

Tal vez “El Mayo” no diga más en público. Morirá en la cárcel como sostuvo la fiscal Pam Bondi, pero ni duda cabe que el gobierno de Donald Trump ya cuenta con suficientes información sobre las redes de corrupción del narco.

¿Y qué hará el gobierno de México ante lo dicho por Zambada? ¿Se investigará?, se le preguntó en la Mañanera del Pueblo a la presidenta Claudia Sheinbaum. -Pues tendría que haber una denuncia ¿no? Porque puede decir este tema, pero a quién le daba dinero, de acuerdo con lo que planteó. Pues tendría que haber una denuncia en particular, respondió