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Han arrancado con la venia superior y vienen los tiempos decisivos para presentarse en la o las encuestas de julio con sus mejores atractivos y sus bases.

Ese mes comenzará el ejercicio demoscópico pero, conforme a la mentalidad del jefe de jefes morenista, la candidatura puede posponerse semanas o tal vez meses.

¿Por qué?

Porque el paradigma lopezobradorista es el del añoso PRI, el PRI y el presidencialismo de los setentas y principios de los ochentas.

Entonces el titular del Poder Ejecutivo, comandante de las instituciones nacionales y de las llamadas fuerzas vivas, fijaba el calendario y las condiciones de postulación.

Los meses preferidos eran octubre o noviembre.

Este año puede ser lo mismo: en julio se impulsa la mascarada de los sondeos, se doblega internamente a los marginados y en semanas o un mes después se dé el parto de la nueva imposición.

PROGRAMAS SOCIALES

Dicho el calendario, vienen las estructuras.

¿A quiénes se encomiendan las tres corcholatas?

He aquí sus nombres:

La favorita Claudia Sheinbaum se respalda en Gabriel García Hernández, operador en quien López Obrador puso todas sus confianzas para el manejo de los programas sociales en la primera parte del sexenio.

Como los resultados no fueron favorables porque Morena perdió la mayoría en la Cámara de Diputados y nueve de 16 alcaldías de la Ciudad de México y lo destituyó en el cargo, lo mandó a un plan menor: al Programa Agua Saludable para La Laguna.

En la Coordinación General de Programas para el Desarrollo de la Presidencia de la República fue sustituido por Carlos Torres Rosas, también afín a Sheinbaum.

A ellos se encomienda la jefa de Gobierno.

APOSTAR A REMONTAR

Marcelo Ebrard juega con estructura propia.

Al frente ha colocado a la senadora María Lucía Micher, mejor conocida desde sus tiempos perredistas como Malú Micher y vaya si va avanzada.

Ya tiene coordinadores en todos los estados, representantes en los 300 distritos federales y operadores en al menos 100 de los principales municipios del país.

Con un dato sobresaliente: ha incorporado a cuadros de importancia local priistas, panistas, perredistas, emecistas, petistas y por supuesto morenistas.

-Estamos listos para ganar -dice, por ejemplo, el potosino Salomón Rosas, exaspirante a gobernador por el PRI y quien dispone de un ejército de miles de especialistas en materia electoral.

Adán Augusto López ha designado al magistrado Juan Carlos Reyes, pero en su estructura hay decenas de funcionarios federales, muchos nucleados en la Secretaría de Gobernación (Segob), y sus representantes estatales.

Ha conformado un grupo cerrado, en el argot político llamado cuarto de guerra o war room, donde se ven temas específicos: redes sociales, campaña política, relaciones institucionales, bases sociales, etcétera.

Quien no delega, aunque no es corcholata ni está en el ánimo presidencial, es Ricardo Monreal.

Experto en aspectos electorales y con operadores políticos en todos los estados, él mismo coordina su precampaña y acuerda con quienes crean redes en todo el país.

Así está el ambiente actual de las corcholatas en espera de la voz selectiva de quien ejerce el poder hacia dentro del partido y a nivel nacional.