Los diputados federales, especialmente los de Morena, PVEM y PT, deberán pensar bien las cosas con relación en aprobar el presupuesto tal y como fue enviado por el gobierno federal o modificarlo para evitar que en el 2024, los mexicanos volvamos a enfrentar una crisis económica como las que tuvimos en el siglo pasado.
Esto porque el panorama de las finanzas públicas nacionales es realmente complicado, porque aun cuando se maneje un presupuesto de más de 9 billones de pesos, el 75 por ciento de este ya esta comprometido para el pago de gasto corriente y para concluir las obras, que esta administración federal empezó y que quiere inaugurar antes de entregar el poder.
De aprobar el presupuesto tal y como fue enviado, los legisladores afines a López Obrador podrían empezar a establecer las bases de un 2024 con problemas en su crecimiento, con una mayor deuda como herencia para la próxima administración y la eminente crisis económica sexenal que vivíamos durante todo siglo anterior.
Esto derivado de los recortes a los sectores productivos, para colocar este presupuesto a las obras pendientes, esto significara, menor producción agropecuaria, elevados costos de los alimentos, y una baja en productividad del sector industrial, si en Estado Unidos se presenta una desaceleración económica.
Las consecuencias de todo ello son, mayor desempleo, un incremento mayor de inseguridad pública, alta deserción de trabajadores que buscaran en otras vías la subsistencia económica como es la migración hacia Estados Unidos o enlistarse en los grupos delincuenciales.
Pero todo esto podría evitarse, si los legisladores afines a López Obrador modifican el presupuesto y determinan que las obras “capricho” deberán esperar otros años más en su conclusión a cambio de fortalecer a la industria mexicana, establecer mejores obras de infraestructura a favor de un desarrollo mas equitativo en todo el país y sobre todo a producir alimentos.
Si se opta por esta opción, podremos ver la creación de más fuentes de empleos, menor inseguridad un desarrollo mayor de cadenas productivas, que permitirán la inclusión de todos los mexicanos en ellas y por supuesto la inclusión de zonas marginadas a estas cadenas.
Los legisladores deberán tomar en cuenta que el costo del dinero, por lo menos en la primera mitad del próximo año, seguirá alto, algo que inhibe la creación de empresas.
Esta administración federal sabe que está hundiendo las finanzas públicas, pero están convencidos de que ellos salvaran su sexenio y que la crisis estallará después del cambio de gobierno. Los diputados federales deberán entender que la crisis la pagamos todos y que dejar un país destrozado solo dejará el único camino que es elevar la tasa de los impuestos o crear aun más, para mantener el gasto del gobierno federal, aunque en los estados y municipios, la pobreza siga imperando.
Pero los mexicanos sabremos porque partidos políticos no debemos votar, porque no trabajan para el interés de los mexicanos, sino para el interés de una sola persona.