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Cuando los trompos traen una punta muy picuda es porque se pretenden algunos trucos como «los picotazos» o «zancazos» a los adversarios… e incluso a los propios aliados.


Así andan los Verdes, muy picudos para meter en la ley un “zancazo” que abra la puerta a las esposas de los gobernadores para que sean su relevo inmediato.


Y están dispuestos, con la llamada “Ley Esposa”, no sólo a pervertir la paridad de género con un nepotismo con moño rosa, si no a confrontarse con Morena, su aliado político en el ámbito nacional, que ya acudió a la Suprema Corte por considerar que es inconstitucional.


Los liderazgos del Partido Verde han tomado la decisión, incluso, de desafiar a la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha solicitado que se revise jurídicamente la viabilidad de esta “Ley”.


Desde su Mañanera del Pueblo ha señalado que la Constitución prohíbe el nepotismo en cargos de elección popular. Lo ha dicho desde antes de esta reforma en San Luis Potosí.


Pero el jefe de la bancada del Verde en el senado, Manuel Velasco, ha salido a defender abiertamente la reforma a la Constitución de San Luis Potosí que obliga a los partidos políticos a postular exclusivamente a mujeres para competir por la gubernatura en 2027.


Tajante, el ex gobernador de Chiapas – al que la propia Sheinbaum le besó la mano el día que rindió protesta como presidenta de la República- sostiene que “el pueblo es el que elige a los gobernantes”.


¿PVEM vs Morena?


A su vez, el gobernador Verde potosino, Ricardo Gallardo, también ha defendido a capa y espada la “Ley Esposa” porque, dice, abre las puertas para elegir en su estado a una mujer como gobernadora en 2027 que podría ser –lo que está todavía por verse- su esposa la senadora Ruth González Silva.


Y decimos que está por verse porque si bien González Silva lidera al interior del Verde las encuestas para ser postulada como su candidata al gobierno de San Luis, en sondeos recientes Morena se ubica arriba en las preferencias electorales para arrebatarle al PVEM la gubernatura.


Tiene dos posibles candidatas, una de ellas tendría el total respaldo presidencial: Rosa Icela Rodríguez, actual secretaría de Gobernación, y su hermana Rita Ozalia Rodríguez, dirigente estatal de Morena.


Entonces ya veremos en los próximos días cuál fue la intención de la reforma a la legislación potosina.


¿Sólo para abrirle camino a la esposa del gobernador? ¿O para estirar la liga con el propósito de “calentar” la plaza rumbo a los comicios de 2027 en el estado?


¿Será que veremos a los aliados PVEM y Morena disputarse la gubernatura de San Luis? ¿O veremos a los Verdes encarecer su apoyo al gobierno de la presidenta Sheinbaum en próximas reformas prioritarias como la Electoral a cambio de que el Verde mantenga el gobierno de San Luis?


Porque ya lo dijo hace unos días la propia presidenta: “no necesariamente es el género o la paridad lo que está en el fondo, sino otros temas”.


Tentaciones


Lo que ocurre en San Luis Potosí es una tentación que podría replicarse en otros estados. Las miradas voltean hacia Nuevo León e Hidalgo, estados gobernadores por MC y Morena, respectivamente.


Aunque formalmente no existe una propuesta legislativa aprobada en el Congreso estatal, en el debate público y político se especula que el gobernador Samuel García buscaría aplicar una “Ley Esposa” para postular a su cónyuge Mariana Rodríguez como candidata de Movimiento Ciudadano a la gubernatura del estado.


Pero una vez más este tipo de planteamientos chocan con prohibiciones en la Constitución federal sobre el nepotismo.
En Hidalgo una propuesta similar llegó al Congreso impulsada por legisladores de Morena y Nueva Alianza, pero fue congelada por carecer de consenso.


El nepotismo en México no es nuevo. Es un fenómeno histórico que se registra desde la época colonial. Se institucionalizó durante el porfiriato y se perpetuó en la época del PRI.


Pero la alternancia en el poder no lo erradicó. Persiste en gobiernos del PAN y de Morena y una reciente reforma contra el nepotismo entrará en vigor hasta 2030, lo que se busca aprovechar por gobernantes que pretenden heredar el poder a sus familiares.