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En los bosques donde la defensa del medio ambiente ha costado sangre y silencio, la naturaleza ha enviado un mensaje de alivio con el arribo de cinco colonias de mariposa Monarca a la zona núcleo del santuario El Rosario, epicentro de la mayor migración del continente, que se vistió este 2025 de naranja antes de lo previsto, una temporada que no sólo trae insectos, sino la esperanza de recuperar el equilibrio en la zona.
A pesar de los pronósticos que auguraban un declive terminal, tras el desastroso invierno de 2024 —cuando apenas dos colonias alcanzaron los bosques de Angangueo, en Michoacán, el más grande y el más visitado dentro de la Reserva de la Biosfera— el activista Homero Gómez Jr. reportó una recuperación que rompe la tendencia de los últimos años, señaló.
En 2024, únicamente llegaron a todo Michoacán cuatro colonias.
Llegaron grandes cantidades de mariposa monarca esta temporada a México
El hijo del ya desaparecido activista ambiental, Homero Gómez, refirió en sus redes sociales que esta temporada la Monarca arribó más pronto de lo esperado, ya que, precisamente, los primeros días de noviembre “empezamos a notar que estaba llegando en grandes cantidades a comparación de años pasados”.
Recordó que en 2024, uno de los períodos más sombríos para la migración del lepidóptero, el arribo a los santuarios se dio hasta el 20 de noviembre, y esta temporada, para el 7 del mismo mes, recibían una cantidad impresionante de ellas.
Explicó que la Sierra Chincua, a donde han llegado en masa, tiene más ejemplares que. “Ya superamos lo del año pasado, no sabemos cuánto exactamente, pero van a empezar los monitoreos”.
El ambientalista detalló que la colonia que tiene más cantidad de mariposa es la parte más alta del cerro El Campanario, pero también donde entra el turismo, que es más pequeña; las nubes naranjas en el cielo parecen gritar que el fenómeno sigue vivo.
Contra la desaparición
A pesar del optimismo actual, el camino de la Monarca hacia México en la última década ha sido una carrera contra la extinción de la especie.
Los datos del monitoreo forestal mostraron una tendencia preocupante: en la temporada 2023-2024, la presencia de la mariposa en los bosques mexicanos cayó 59 por ciento, al ocupar apenas 0.9 hectáreas de bosque, la segunda cifra más baja desde que se tienen registros, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Con la migración de esta temporada, los bosques del Estado de México y Michoacán recuperan su papel de refugios sagrados, lo que nos recuerda que, a pesar de las amenazas humanas y climáticas, la naturaleza posee una capacidad de resistencia que aún nos concede segundas oportunidades.
La protección de los oyameles y la erradicación de la tala clandestina son la única garantía para que las futuras generaciones no tengan que conocer a la Monarca sólo a través de las crónicas de lo que alguna vez fue un bosque vivo.
El reto para 2026 será garantizar que este incremento no sea un destello aislado.
Con información del periódico 24 HORAS
