Número cero/ EXCELSIOR
La discusión encendida de las reformas de Andrés Manuel López Obrador roba atención a las campañas, a excepción de la tormenta política sobre la Corte. El Presidente tiene el dominio del balón en el debate público y refuerza su presencia en un juego en que ningún candidato parece querer o poder tomar el control del esférico, enfrascados en la “guerra sucia” o en cuidar su ventaja en la cancha, para seguir con la metáfora futbolera.
López Obrador sigue marcando el rumbo de la 4T hacia la recta final de la campaña. Su presencia en primer plano del “tiempo electoral” es acusado por la oposición como prueba de elección de Estado. Pero él habla de sus reformas y el trabajo de su gobierno para abrir hábilmente la caja de las restricciones electorales. Quién podría sancionar la responsabilidad de arreglar la “bomba de tiempo” de las pensiones o corregir los excesos de la ley de amparo, aunque en los hechos quite hierro y reflectores a la campaña.
A poco de despedirse, las jugadas del líder máximo son vitales para el resultado de Morena en las urnas. Por eso, lo mismo combate la retórica de Ricardo Salinas Pliego sobre su gobierno y las pensiones, que presiona a la Corte para mantener la prisión oficiosa como asunto de “seguridad nacional” y encabeza la defensa de Arturo Zaldívar, denunciado por corrupción.
El paquete de 20 reformas constitucionales y legales que presentó el 5 de febrero está condenado por falta de votos, salvo la de pensiones, que exige sólo mayoría simple de Morena y aliados. Pero su discusión es piso firme para no apartarse de la escena pública, como le reclaman, con fines electorales, y desde ahí defender resultados de sus obras, tras reclamar que en el pasado debate presidencial fue usado para atacar a su gobierno. No sólo ésta asume su defensa, sino también sigue abriendo paso al “obradorismo” en las urnas.
Para ello, las pensiones son una oportunidad inmejorable y quiere tenerlas listas el 1º de mayo como triunfo de la 4T a un mes de la elección. La iniciativa de “pensión bienestar” es benéfica para los trabajadores porque mejora las condiciones del retiro con 100% del último salario si no excede el promedio de cotizaciones al IMSS. Pero el Congreso aún debe aprobar crear un fondo con dinero que hoy está en las afores de jubilados de 70 años o más no reclamado, y en un paso siguiente, revertir la ley de 1997, para que todos los que cotizan después de ese año alcancen el beneficio a partir de los 65 años.
Es casi un tiro a la red, que la oposición quisiera parar con el falso alegato de que el fondo es un robo a los trabajadores y atentado contra la propiedad, aunque tampoco puede oponerse por el costo de perder el voto de adultos mayores. Una jugada de pared con el contrario, que rebota en acusaciones contra afores y banqueros de encabezar una campaña contra la reforma para retener el manejo de 40 mil millones de pesos que irían al fondo.
Las candidatas presidenciales han estado un tanto lejos de éste y otros debates como los cambios a la prisión preventiva o del amparo, que encienden la palestra política en materias muy sensibles como la seguridad y garantías ciudadanas. Se les ve metidas en preocupaciones de sus campañas. Xóchitl en ajustar estrategia y mandar al “carajo” lo que le molesta, que puede interpretarse como liberarse del yugo de las dirigencias partidistas del PRIAN. Y Claudia Sheinbaum, concentrada en no cometer errores que recorten su ventaja, con la mirada puesta en las turbulencias económicas que aguardan de confirmarse el resultado de las urnas.
Pero también en escapar de la “guerra sucia” y golpes bajos que la enfrenten con López Obrador, como intentó y volverá a hacer Xóchitl en el próximo debate. Aunque ha sido muy cauta en no caer fuera de lugar con él, por ejemplo, respaldando la reforma pensionaria o, en la causa común de arropar a Zaldívar de las investigaciones de la Corte. Y no resentir puyas contra gobernadores y candidatas morenistas o el presunto tráfico de influencias de los hijos del Presidente.
El próximo 2 de junio, el Presidente tendrá oficialmente sucesor, que, seguramente iniciará la segunda temporada de la 4T con el marcador de una elección que él mismo colocó en el plano de un referéndum de su gobierno.