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Notables los pasos de las (dizque) precandidatas (Xóchitl y Clàudia) en la semana por concluir. El domingo tres Sheinbaum presentó al equipo cuya sabiduría –real o imaginaria— enriquecerá un programa de gobierno innecesario porque quien le entregó un bastón de mando, le dio también la orden y el instructivo para la futura (posible) administración presidencial, sin zigzagueos, ni titubeos; desviaciones o claudicaciones.
Claudia Sheinbaum no necesita a ninguno de esos talentos a cuya colaboración ha convocado para hacer un programa de gobierno porque eso ya se lo dieron hecho: se comportará como dictan los puntos básicos de la IV-T; o sea, como piensa y actúa Andrés Manuel.
“…Sheinbaum apuntó (dice la información pública), que buscará cumplir con 17 puntos de visión estratégica (órale), entre los que están: mantener la austeridad republicana, la disciplina financiera y fiscal; el fortalecimiento de los programas sociales convertidos en derechos y las Becas de Bienestar para Niños y Niñas hasta hacerlas universales; proseguir con el aumento del salario mínimo por encima de la inflación y fortalecer los derechos de las y los trabajadores, entre otros…”
En esas condiciones ya no necesita a nadie.
Sin embargo, llamó a todos estos personajes (y personajes) no para pensar; para ejecutar, en todo caso.
Y ellos llegaron corre y corre en pos de la nómina prometida, el hueso seguro y la muelle vida dentro del presupuesto.
Estos son algunos de los convidados al banquete del segundo piso:
“Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM; Javier Corral Jurado, exdiputado y exsenador, ex gobernador panista de Chihuahua; Gerardo Esquivel, economista; Omar García Harfuch, exsecretario de Seguridad Ciudadana de Ciudad de México; Altagracia Gómez Sierra, preside el grupo empresarial PEO; Susana Harp, cantante y senadora por Oaxaca; Jorge Marcial Islas Samperio, físico; David Kershenobich, ex presidente de la Academia Nacional de Medicina; Lorenzo Meyer, historiador; Irma Pineda Santiago, zapoteca; Rosaura Ruiz Gutiérrez, exsecretaria de Educación, Ciencia y Tecnología de la Ciudad de México; Olga Sánchez Cordero, exministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y senadora; Violeta Vázquez Maldonado, lingüista y académica, codirectora de la revista Cuadernos de Lingüística en el COLMEX y Arturo Zaldívar, exministro de la Corte y fanático de Taylor Swift (no’mbre).”
Pero en la otra acera, Xóchitl Gálvez reunió la mañana de ayer (tres días después) a los integrantes de su “Dream Team”. En su alineación hay algunas personas notables, otras presentables y algunas cuya presencia muy poco le aportará en cuanto a la materia prima de la política electoral: votos. Fue una reunión –como la otra, es verdad–, de convencidos para persuadidos, pero de ninguna manera útil para movilizar el voto de los de la calle, para arrastrar, motivar. Pura endogamia.
Se podrá decir, se trata de actos de precampaña, de organización interna de los equipos, pero eso es una formalidad. Esto es una campaña abierta y el frente de los aliados, no jala ni a sus componentes: Alejandro Moreno, presidente del PRI, no se presentó por segunda ocasión consecutiva. Cuando en un acto de campaña se nota una ausencia, por encima de la candidata algo anda mal en esa alianza desunida..
Si bien el PRI estuvo representado por la secretaria general del Partido (Carolina Viggiano, también es verdad cómo esta mujer contendió en Hidalgo contra Julio Menchaca como priista signada por Acción Nación y perdió por el boicot de Omar Fayad quien ahora vive en Escandinavia, como pagó a su traición.
La reunión denominada “Imaginemos”, fue orquestada por Enrique de la Madrid de forma brillante, y en ella Xóchitl dijo, entre otras cosas; en este grupo no hay improvisados ni floreros. Se trata de coordinar propuestas, análisis, aportaciones de más de 200 expertos para conformar un programa de gobierno sustentable, moderno, justo, en el cual crezcan las oportunidades, la seguridad, el empleo y la economía de todos para hacer del México posible.