El mundo entero está revuelto y preocupado por el efecto que está siendo desarrollado por los aranceles unilaterales impuestos a todo el orbe por el presidente Trump. Sin entrar en el análisis de la legalidad de dicha imposición, que bien puede ser tema para otro artículo, quiero concentrarme en los efectos que esto puede tener, primeramente, para los Estados Unidos.
Trataré de exponer la problemática de la forma más sencilla posible.
¿Qué es un arancel? Es un impuesto a la importación de mercancías que se aplica al valor del producto introducido a un país.
¿Quién paga el arancel? El arancel lo paga el importador, y, normalmente, repercute dicho costo al primer comprador de la mercancía, que puede ser un distribuidor que revende el producto pasando el costo del arancel al comprador, quien puede ser, ya sea un mayorista o tienda que vende al menudeo (Walmart, Costco, Target, etc.), quien a su vez pasa el costo del arancel al consumidor final.
¿Qué efectos tiene un arancel del 145%? Este es el arancel que se le impuso a China. Los efectos que un arancel tan alto tiene representan una especie de embargo comercial; es decir, la mercancía, simplemente no se vende ni se compra, a menos de que sea un producto de vida o muerte como un medicamento.
¿Al no venderse la mercancía qué sucede? Los efectos son múltiples. Pero antes explico esto: la generación de riqueza se da con el intercambio comercial; es decir, yo compro algo a un precio X y lo vendo a un precio Y; al ser Y más alto que X, se genera una utilidad para el vendedor y el comprador hace lo mismo, hasta llegar al consumidor final. Todo esto genera riqueza.
Para que la mercancía llegue a ese consumidor final, hay una complicada cadena de gente que se involucra en una serie de operaciones necesarias para que los productos se entreguen al consumidor final. Así hay, marineros, estibadores, operadores de grúas, choferes de tractocamiones, vigilantes, encargados de bodegas, empleados de tiendas al menudeo, empacadores, revisores de calidad, y un ejército de profesionistas, como abogados, contadores, mercadólogos, gerentes, empleados de gobierno. Para todo ello, se necesitan telecomunicaciones, combustibles, energía eléctrica, y un sinnúmero de apoyos para que la mercancía llegue al consumidor.
Si todo esto deja de suceder porque, simplemente, la mercancía no llega, se deja de generar riqueza; esto provoca un fenómeno de recesión económica. Además, si para surtir la mercancía, se recurre a alternativas, pero todas ellas salen más caras, por lo que se genera el fenómeno de la inflación. Como resultado final, se da el monstruo de lo que se le llama la estanflación, que no es otra cosa más que inflación con recesión.
Las consecuencias de todo lo anterior son tremendamente dañinas para la población, ya que se provoca el desempleo, se genera pobreza, baja el nivel de calidad de los servicios públicos, bajan las protecciones de salud, de vivienda, de respuesta a desastres naturales, etc.
Se dice que los aranceles se hacen para hacer que la inversión en manufacturas regrese a los Estados Unidos, pero no se comprende que esto, si es que tiene viabilidad, lleva tiempo (de tres a diez años). Pero, sobre todo, hay que tomar en cuenta que Estados Unidos ha perdido la capacidad de la manufactura, principalmente porque su población no está preparada. El 80% de los estadounidenses se dedican a los servicios, por lo tanto, no hay población que se cambie fácilmente a realizar labores industriales, principalmente, porque han perdido esa vocación y si lo hicieren, los costos de producción serían muy altos, generando inflación, y se promovería la entrada ilegal de mercancías a través del contrabando.
Si esto es malo para los Estados Unidos, también lo es para el resto del mundo, principalmente para los países que dependen mucho de las exportaciones hacia los Estados Unidos, como México, que es el país que tiene con ellos el mayor intercambio comercial del mundo. Claro está, también para China y Canadá.
Pudiera haber ciertos nichos de oportunidad para México y Canadá si subsiste el T-MEC y si se respetan sus reglas, pero no son muchos.
Actualmente China y Estados Unidos iniciaron pláticas formales en Ginebra para resolver el problema. Esperemos que Trump entre en razón. Para ello, la mejor estrategia es alimentarle su ego, y haga con China, así como con México y Canadá, negociaciones para el beneficio de todos.
Regreso.
Ya terminé mi tesis de doctorado en Salamanca, España. Mañana regreso, así que con esta Columna reanudo mis entregas semanales, espero que les gusten.
Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de LINEAPOLITICA