En México, la Pequeñas y medianas empresas (Pymes) representan cerca del 50 por ciento de la base productiva, generando mas de 75 por ciento de los empleos en el país , lo que es un porcentaje importante para que la banca comercial pueda cubrir otorgando créditos con tasas de interés que les permita no solo mantener su producción, sino incrustarse en las cadenas productivas y con ello iniciar su crecimiento.
Por lo tanto, esto representa un reto importante en nuestro país, pero para impulsar más crédito a las Pymes son necesarios factores, como mayores y mejores garantías del gobierno federal, leyes que regulen y sean accesibles para que los créditos fluyan además de mayor capacitación y mecanismos que disminuyan la informalidad en el país.
Pero también factores como seguridad pública, y certeza jurídica. Además de contar con todos los servicios públicos que ofrecen los tres ordenes de gobierno. Porque los créditos no se darán por decreto.
Entonces se requiere que desde el gobierno se tenga exactamente el número real de Pequeñas y medianas empresas con el objetivo de conocer los rubros donde actúan y sobre todo las necesidades de cada una de estas empresas.
Es importante conocer el nicho de oportunidades de las Pymes para lograr su fortalecimiento, sin dejar de lado aquellos donde también pueden existir oportunidades, pero fortaleciéndolas con capacitación adecuada de parte del gobierno federal.
Porque se sabe que la mayoría de los países que han logrado avances significativos han impulsado la creación de organizaciones independientes y fuertes que avanzan en la asesoría, acompañamiento y vinculación.
Pero todo esto debe estar estructurado de tal manera que las cadenas productivas se fortalezcan desde los primeros proveedores que en muchas de las ocasiones son esa pequeñas empresas que no rebasan los 10 empelados, pero se necesita de capacitación constante para realizar su labor.
Para acabar con la informalidad, es necesario que el gobierno federal realice una serie de adecuaciones para simplificar los trámites y mejorar el esquema fiscal de las Pymes, además de bancarizar estas empresas con el objetivo de que sea cada vez se menor el uso de operaciones en efectivo. Esto ultimo podría agilizar la incursión de este sector en el padrón de contribuyentes favoreciendo que estos pagos se traduzcan en mejores servicios públicos.
Esto significará que se capacite también a los servidores públicos para la atención y seguimiento de este sector, dejando de lado los famosos “moches”, “mordidas” o “apoyos” que piden algunos de estos servidores para agilizar las trámites, Esto entonces lleva a desaparecer la complejidad para llevar a cabo un negocio en nuestro país.
Otro factor es crear esquemas de deducción de las prestaciones laborales, reducir la frecuencia de las declaraciones y eliminar información que solicita datos que el SAT ya dispone.
También contar con una Política Industrial enfocada a la vinculación de las pequeñas empresas con las grandes cadenas productivas. Ahora que se habla de la marcha “Hecho en México” es necesario aumentar el contenido nacional en las cadenas de valor globales; y fortalecer los clústeres regionales.
Pero también asegurar que un porcentaje de las compras del gobierno efectivamente lleguen a este sector y que por ley el pago sea oportuno del gobierno federal y de las grandes a las pequeñas empresas.
Es importante detonar todo esto para entonces si hablar del otorgamiento e créditos con tasas “blandas” a favor del desarrollo económico de estos sectores y de las familias mexicanas.
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