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Marcelo Ebrard no ha regresado de Europa, donde vacaciona con su familia, y por lo tanto parece decidido en su empeño de ser candidato presidencial y estar en la boleta en 2024 al margen de Morena.

O sea, no quiere ceder ante el régimen y su partido y menos sumarse a la campaña de Claudia Sheinbaum, a quien él siente impuesta como candidata desde el poder con toda la estructura oficial.

No ha bastado la invitación de los mensajeros del poder de la semana pasada a regresar para negociar con miras a encontrar una solución ante el riesgo de una división en la estructura electoral del régimen.

Él no tiene prisas.

Sus interlocutores telefónicos se sorprenden con la tranquilidad de sus respuestas y la certidumbre de tener proyecto allende el sexenio y este trance interno del morenismo.

-Tranquilos, nos va a ir bien.

Inclusive pide serenidad a quienes le mantienen simpatías desde alguna posición partidista, del gobierno o del Poder Legislativo, diputados y senadores con reclamo de democracia interna.

Pero muy pocos de estos en pie de lucha.

SEGUIDORES A LA BAJA

Ahí está el problema.

Los diputados afines a él -en principio 120, luego 100 y ahora unos cuantos- no han mostrado fortaleza y la prueba estuvo en su voto favorable a la Ley de Ingresos del año próximo.

Ahora viene la prueba definitiva para quienes quisieron marcar diferencia al interior del régimen y sobre todo poner marca social en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).

Ellos se aliaron a la oposición con miras a reorientar el gasto.

Por sí mismos determinaron redirigir 50 mil millones de pesos para proyectos de apoyo al campo, a la ciudad y a proyectos específicos con el fin de favorecer a sus distritos.

Sin embargo, el coordinador morenista Ignacio Mier fue con el presidente López Obrador y le prometió sacar el proyecto de egresos sin modificar ni una sola coma si le garantizaba la candidatura de Puebla.

-¿Me ayuda, señor Presidente?

-Sí, lo vemos -le contestó con una respuesta con significado de todo o nada.

Tendrá el voto de ellos, pero no se advierte la gubernatura.

Esos diputados, ahora disminuidos como fuerza interna disidente, son definitivos para saber con cuánto se toma en cuenta a Marcelo Ebrard para intentar un arreglo y evitar una diáspora.

SAMUEL PIERDE FUERZA

1.- ¿Lo ha notado usted?

Los últimos días, y en paralelo con el desprecio de Marcelo Ebrard en Morena, ha disminuido la fuerza de Samuel García como aspirante presidencial y menos como candidato de Movimiento Ciudadano.

Visto en manera inversa, el excanciller tiene las condiciones para cumplir cuanto dice a quienes hablan con él en espera de instrucciones y para saber si se reintegra como operador del régimen.

-Seré candidato presidencial y estaré en la boleta -insiste.

Seguramente van bien las negociaciones con Dante Delgado, fundador, amo y señor eterno de MC, en espera de regresar la siguiente semana para ser investido como abanderado.

Y 2.- Por decisión presidencial, la gobernadora Evelyn Salgado asumirá mayores responsabilidades en la reconstrucción de Acapulco y pueblos afectados por el huracán Otis.

Lo sobresaliente: opinará para usar las partidas federales, hasta 600 mil millones de pesos según declaró ayer el Presidente durante su mensaje cotidiano.

@urenajose1