Como se titula mi columna de hoy es un viejo adagio que significa acabar con algo bueno que produce muchos frutos de una manera irresponsable y sin conocimiento de los estragos que esa irresponsabilidad pueda provocar. Así, nuestro gobierno federal ha estado matando en muchos aspectos la gallina de los huevos de oro. El más reciente ejemplo que tengo es el relativo a la noticia publicada por la versión digital de Reforma, fechada el 3 de julio, https://reforma.com/hmBySr/destapa-asesinato-acoso-a-maquilas/ en donde se da a conocer el homicidio de un gerente de maquiladora en Reynosa, Tamaulipas, que trabajaba en la empresa transnacional japonesa Alcom alcom inc. | Japan Brand (jdmia.or.jp)
El reportaje dice que se sospecha que el motivo del homicidio fue porque la víctima no quiso someterse al chantaje del crimen organizado de tener que pagar cuota de extorsión por cada tráiler exportado. También se informa que está empezando el crimen organizado a exigir a las empresas maquiladoras en Reynosa contratos de proveeduría, el manejo de las cafeterías, transporte de personal, servicios de taxi en parques industriales, y hasta pedir la mitad de las cuotas sindicales.
A raíz de la inacción del gobierno federal con su política de complicidad (así la ha clasificado el representante del Consejo del Episcopado Mexicano), e irresponsabilidad (en el mejor de los casos), de “abrazos no balazos”, el crimen organizado ha estado ampliando su ámbito de operación, de actividades francamente ilícitas, como el trasiego de estupefacientes, la trata de personas, en el cobro de extorsión por contenedor exportado y la extorsión por permitir el desarrollo de todo tipo de negocios, a introducirse al manejo de actividades lícitas, como la distribución de pollo y otros alimentos, el manejo de cafeterías, y ahora, en el mundo de las exportaciones, en la proveeduría de insumos, pero con condiciones de que “o me das ese negocio o te mato”. Así que ya tenemos no solo a un gobierno paralelo que cobra impuestos a través de los derechos de piso y de la extorsión, como las cuotas que han estado cobrando a los aguacateros y los que cultivan el limón en Michoacán, o como los comerciantes de pollo en Guerrero. Ahora dan un salto cuántico a las exportaciones de manufacturas.
Pero el resultado de atacar a los exportadores de aguacate o de limones, a meterse en el negocio de la manufactura de exportación, es totalmente diferente, porque los dueños del negocio del cultivo para exportación son mexicanos que viven en México y que no les ha quedado de otra mas que reducir sus utilidades y compartirlas con el crimen organizado y subir sus precios mientras continúen siendo competitivos. Pero, las empresas transnacionales que manejan manufacturas tienen sistemas de compliance y gobierno corporativo, y están sujetas a estrictos controles que no permiten desviaciones financieras en su forma de operar, provocadas por la intervención de agentes criminales.
Si el gobierno federal no toma serias medidas para detener esta situación que ha ocurrido en Reynosa ya hasta con consecuencias de un homicidio, se puede provocar realmente una desbandada de la industria que más divisas le genera al país, teniendo consecuencias catastróficas no solo para la industria en sí, sino para la economía nacional en su conjunto.
El gobierno federal debe de recapacitar en su absurda política de brazos caídos en materia de seguridad, de lo contrario vendrán grandes repercusiones y habrá consecuencias muy severas para el país, y para los funcionarios gubernamentales, principalmente para el presidente de la República, que lo pueden implicar en coludirse con el crimen organizado y estar en riesgo que Estados Unidos lo persiga terminando su mandato o aún, antes, de volverse muy severa la situación.