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La información ya está en Palacio Nacional.

Ya lo sabemos: no se investiga a opositores y disidentes, pero algo se sospecha del exsecretario de Relaciones Exteriores porque se tienen datos precisos de sus tratos.

La información tiene varias fases, por cierto:

Desde hace tiempo Dante Delgado estableció contacto con Marcelo Ebrard para invitarlo como candidato presidencial por Movimiento Ciudadano (MC).

Él dejó abierta la posibilidad de continuar las negociaciones a reserva del proceso del partido del Gobierno, sobre todo si no hay piso parejo y, lo mismo en jugadores mafiosos, hay cartas marcadas.

Con una estrategia al estilo de su maestro Manuel Camacho, decidió continuar el juego bajo la idea de forzar acciones como la renuncia a los cargos y marcar la agenda a fin de ganar adeptos.

La primera jugada le salió de maravilla: anunció su salida de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y en Palacio Nacional le tomaron la palabra de oxigenar un poco el mecanismo de postulación.

Por ello se decidió pedirles, contra la voluntad de las demás corcholatas, la solicitud de licencia a Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal y la renuncia de Adán Augusto.

EL VERDE ATRÁS DE MC

Andrés Manuel López no es un ingenuo.

Por ello mantiene vigilancia sobre las actividades, negociaciones y compromisos de todas las corcholatas en sus respectivas campañas, pero en especial de quienes sospecha riesgos de escisión.

Y la principal corcholata en duda, por no decir la única, es el excanciller Marcelo Ebrard porque varias fuerzas de oposición lo ven como alternativa para investirlo de candidato a la Presidencia de la República.

MC de Dante Delgado está vigente, pero también espera respuesta el Verde con su amorfa dirigencia -Emilio González Martínez es el tótem sobre Karen Castrejón- para saber si se sumarían.

Eso, claro, ante cualquier confirmación del dedazo a favor de Claudia Sheinbaum o en decisión alternativa irse por el plan b, donde está colocado desde hace años con posibilidades mayúsculas el tabasqueño Adán Augusto López.

AMENAZAS DE PALACIO

El resto es escenario:

Marcelo Ebrard puede competir como candidato opositor, dividir el voto morenista -e inclusive opositor- y prepararse para ir a una segunda elección con 70 años.

¿Qué necesitaría?

Pedir a Dante Delgado el manejo de MC, designar candidatos a legisladores, organizar la estructura y tener bancadas robustas en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados.

Sería factor de gobernabilidad en el próximo Gobierno, mientras termina de armar la estructura emecista y prepararse para ir por una segunda vuelta presidencial en 2030.

Con su habilidad política, heredada por cierto de su mentor Manuel Camacho, podría armar un gran frente electoral y lograr lo más ansiado de su vida: Palacio Nacional.

Un plan del cual damos un adelanto, pero sujeto al dedazo presidencial y por supuesto en espera a ver si se dobla ante las previsibles amenazas de Palacio Nacional.

Porque él, como las demás corcholatas, firmó un documento de lealtad al partido ante el propio López Obrador y la deslealtad se paga con persecución y castigos.