México saldrá adelante y cuidará, por encima de todo, los derechos humanos de las personas que buscan llegar a Estados Unidos, tras el fin del “Título 42” y las acciones que se han anunciado en la Unión Americana para contener la migración, consideró el senador Ricardo Monreal.
El coordinador parlamentario de Morena señaló que se trata de medidas migratorias duras, con propósitos electorales, que buscan apoyo frente a una elección presidencial competida.
Explicó, en un comentario para un programa de radio, que el “Título 42” fue una medida sanitaria, implementada desde el 20 de marzo del 2020 por el entonces presidente Donald Trump, para prevenir la propagación del Covid-19.
Desde ese año, se ha aplicado de manera continua y ha reportado cerca de tres millones de expulsados en la frontera sur de Estados Unidos.
Con base en la sección 265, agregó el legislador, se suspendió el ingreso de ciertas personas extranjeras a ese país, con autoridad para expulsarlos sin permitirles ingresar al proceso normal de inmigración o asilo.
En su momento, recordó Monreal, por razones humanitarias, México aceptó la devolución desde Estados Unidos de migrantes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Venezuela, Haití, Nicaragua y Cuba, entre otros.
Pero, al ser una medida sanitaria temporal de salud pública, el presidente Joe Biden anunció que el pasado 11 de mayo se dejaría de implementar ese instrumento.
Sin embargo, se anunciaron una serie de medidas adicionales para procesar y contener el inminente aumento de cruces de migrantes irregulares en la frontera entre Estados Unidos y México.
“Se trata de una medida dura, pero electorera, en aras de mantener y aumentar su apoyo electoral frente a una elección presidencial que se antoja competida”.
Además, a partir del 12 de mayo se aplicarán, entre otras medidas, el “Título 8”, que permitió a la administración de Barack Obama, deportar a más de tres millones de migrantes en ocho años.
Este mecanismo no expulsa a los migrantes irregulares de territorio estadounidense, sino que las deporta, lo que les impone una carga penal con un antecedente de orden criminal, sin poder ingresar a Estados Unidos durante cinco años, por ninguna vía; o, en su caso, puede aplicar un proceso de expulsión acelerado, que está destinado a procesar y deportar a las personas mucho más rápido.
Monreal señaló que son medidas difíciles, duras, que afectarán a aquellos que desean trasladarse al vecino país del norte y que tendrán consecuencia concreta en la frontera de México, en las ciudades fronterizas, donde hay cada vez menos capacidad de asilo y de admitir a mil migrantes diarios expulsados o deportados del vecino país del norte.
“Vaya problema que se ha generado con esta difícil situación. México seguramente saldrá adelante y cuidará por encima de todo, los derechos humanos de las personas que en su transitar desean trasladarse y estar en Estados Unidos de Norteamérica, en búsqueda del sueño americano”.