Sin lugar a dudas el mayor problema que tiene México es que cada día que pasa la incertidumbre se incrementa y esto no es bueno para obtener resultados positivos.
Como muestra algunos hechos, en la elección de la titularidad en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el resultado mostró que quien sigue mandando es el originario de Macuspana que seguirá cobrando favores a sus incondicionales que fueron colocados como “representantes populares del pueblo sabio”, los legisladores, Senadores y Diputados.
Así es como hemos visto, todos los mexicanos, que en tan solo dos meses se realizaron modificaciones constitucionales y de leyes, al grado de, para evitar que estas pudieran ser impugnadas, se aprobó la “supremacía Constitucional” todo esto a favor no de la presidenta actual, sino del originario de Macuspana.
Estos cambios fueron aplaudidos por la propia presidenta, que ve cada día como s disminuye su poder y queda ceñida a ser simplemente el personaje que ocupa un lugar, pero sin poder ejercerlo de manera completa.
Esto nos muestra señales que Sheinbaum Pardo, está totalmente consciente que no puede enfrentarse a su predecesor por dos motivos, la lealtad y porque esta persona fue quien la impulso e impuso al cargo que, se supone, debe ejercer.
Además, entiende que su gabinete, tampoco es el que ella hubiera querido, porque el predecesor coloco a su gente “leal” y esto limita la actuación de la presidenta, además en el Congreso de la Unión, también coloco a otros incondicionales capaces de hacer todo para quedar bien con el líder y esto significa pasar sobre la figura de la presidenta.
Todo esto con lleva a que el originario de Macuspana, busca establecer un Maximato que lo llevará establecer a uno de sus hijos en el puesto de presidente de México para también tener la oportunidad de repetir una vieja frase “es el orgullo de mi nepotismo”,
Todo esto ha creado un ambiente de incertidumbre que aleja a los inversionistas nuevos en nuestro país y con ello se aleja otro mito genial creado “el nearshoring”, por la vecindad cercana a la economía número uno del mundo, no es una garantía suficiente para invertir en el país. Porque estos dueños de capitales quieren primero que exista un Estado de Derecho fortalecido y que no sea simplemente un membrete.
Esperan que sus capitales puedan producir plusvalías y que no sufran el atropello de autoridades de gobierno o la presión y posible robo, por parte de grupos criminales.
México sigue dentro de una vorágine que no nos llevara a buen puerto, si la presidenta, no establece que quien detenta el poder es ella y nadie más.