Sin duda esta administración de la 4T si nos ha dejado un cambio. Pero lamentablemente este es retroceder más de 50 años en nuestra historia y ubicarnos en la época de los 70 del siglo pasado, donde la presidencia se significaba omnipotente y la corrupción empezó a establecerse como el “modus operandi” de la clase política en el poder.
También nos recuerda aquel sexenio fatal de José López Portillo donde el nepotismo brillo con toda intensidad y la termino de este dejo al país con una deuda enorme y una situación económica precaria. Porque en este sexenio se pretende desatar las amarras del presupuesto y con ello regresar al “año de Hidalgo”, argumentando que es necesario incrementar el déficit fiscal para concluir las “obras-capricho”, de esta administración, que costaran enormes cantidades de dinero
El problema del gasto público desbocado es el pago que resulta oneroso y con un largo plazo concluir. López Obrador apuesta su resto por mantener la continuidad de su proyecto aunque esto signifique varios años más de crecimientos económicos “mediocres” y por lo menos tendrá que pasar dos generaciones de mexicanos pagando los daños ocasionados por el tabasqueño.
Esto nos traslada al sexenio de Ernesto Zedillo, donde se recibió una economía nacional débil que se cayó en tan solo 30 días de haber iniciado su sexenio. Problemas como el pagar a los banqueros la expropiación de la banca, para luego regresarla a manos privadas y pagar la voracidad de algunos de ellos que otorgaron créditos al por mayor a la población que gasto a manos llenas “solo con el poder de su firma” y obligo a crear el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobarpoa), para evitar que los ahorros de muchos mexicanos desaparecieran por esa voracidad.
Para esto se el gobierno tuvo que asumir la deuda que costo a los mexicanos 60 mil millones de dólares, pero ahora el costo de las mega obras, mas los subsidios otorgados a Pemex y CFE para intentar sanear sus finanzas, lo cual no se ha logrado, suman 109 mil millones de dólares más lo que se acumule este año, los mexicanos asumiremos otra deuda similar a la de 1994.
Todo esto combinado a una incertidumbre de seguridad, a falta de políticas publicas para fomentar la creación de riquezas y al reparto masivo de “programas sociales” con la intención de comprar el voto, México retrocedió 50 años en su historia económica, en lo político, la democracia esta apunto de fenecer si los mexicanos no la protegemos.
Esto significa que los mexicanos deberemos hacer algo pronto y la solución esta en el 2024, no permitamos que se arraigue este proyecto de la 4T o los próximos años serán aun más difíciles de los que ahora hemos vivido.