En un contexto de profunda controversia, millones de familias migrantes han elevado su voz al Senado de Estados Unidos a través de una carta abierta publicada en Change.org, instando a los legisladores a rechazar un propuesto impuesto de 3.5 por ciento sobre las remesas.
Esta petición surge luego de que la Cámara de Representantes aprobara un amplio paquete de reformas fiscales y de gasto impulsado por el presidente Donald Trump, el cual incluye esta controvertida medida que entraría en vigor el 1 de enero de 2026.
La misiva, dirigida a un grupo bipartidista de senadores que incluye a John Thune, Charles Grassley, Lindsey Graham, Jeffrey A. Merkley, Susan Collins, Patty Murray, Mike Crapo, Ron Wyden, Mitch McConnell, Alex Padilla, John Cornyn, Lisa Murkowski, Thom Tillis, Bill Cassidy, Todd Young, Rand Paul, Mike Lee, Rick Scott y Ted Cruz, detalla el impacto devastador que el impuesto tendría en sus vidas.
En la carta, las familias migrantes enfatizan que muchos de ellos llegaron a Estados Unidos «por necesidad, no por elección», y que contribuyen significativamente a la economía estadunidense en sectores vitales como la agricultura, la construcción y el cuidado de personas. Argumentan que el impuesto a las remesas, propuesto en la Sección 112105 del proyecto de ley titulado «One Big Beautiful Bill», afectaría directamente a las cantidades modestas que envían a sus familias en México para cubrir necesidades básicas como alimentos, medicinas y vivienda. «Gravar estos envíos sería castigar a quienes ya enfrentan mayores dificultades», afirman.
Las familias también destacan el papel crucial que desempeñan las remesas en la reducción de la migración irregular. Al permitir que sus parientes cubran sus gastos esenciales en sus países de origen, las remesas «disminuyen significativamente la posibilidad de que emprendan el peligroso viaje hacia el norte». Además, señalan que el impuesto afectaría de manera desproporcionada a los hogares con mayores carencias, muchos de ellos encabezados por mujeres, lo que podría «empujarlas a una pobreza más profunda y ampliando las brechas de género existentes».
Otro punto central de su argumento es la cuestión de la doble tributación. Los firmantes de la carta recuerdan que ya contribuyen con más de 120 mil millones de dólares anuales en impuestos en Estados Unidos. Imponer un gravamen adicional a las remesas, argumentan, los obligaría a «pagar de nuevo, simplemente por ayudar a nuestros seres queridos», lo que consideran injusto y una violación del tratado bilateral fiscal vigente entre Estados Unidos y México, diseñado precisamente para evitar la doble imposición.
La carta concluye con un llamado a la «consideración justa y equitativa», enfatizando que no buscan un trato especial, sino simplemente un reconocimiento a sus contribuciones y a la importancia vital de las remesas para sus familias y comunidades.
Con información del periódico La JORNADA