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Estira y afloja

El jueves pasado el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un esquema de cooperación técnica por 150 mil dólares para que la Secretaría de Economía implemente políticas públicas que aceleren la transición e innovación digital de las mipymes, se defina un plan de recuperación económica poscovid-19, se impulse la reinserción en cadenas globales de valor y se cumpla con los acuerdos del T-MEC, en especial la digitalización automotriz.

El documento de aprobación destacó que “el T-MEC, que entró en vigor el 1 de julio de 2020, estipula cambios en las reglas de origen con normas más estrictas en industrias estratégicas tales como la automotriz, que representa un cuarto del comercio total de México con sus socios norteamericanos. Las cadenas globales de este sector están migrando hacia modelos que cumplen con las 3R (resiliencia, capacidad de respuesta y reconfiguración), lo cual puede generar oportunidades para México, dado que encabeza la lista de relocalizaciones de empresas trasnacionales”.

Según el monitor de inversiones Greenfield fDi Markets, la gran mayoría de empresas de los sectores automotriz y de electrónica que buscan reubicarse fuera de Asia, sobre todo de China, visualizan a México como nueva opción, sobre todo ante la cercanía de EU, donde se da impulso definitivo a la fabricación de automóviles eléctricos, incluso con estímulos fiscales criticados por México.

A partir de enero se pondrá en marcha el esquema acordado para este apoyo financiero que busca incorporar a empresas del sur-sureste. Se estimó que “si México alcanzara una buena o muy buena calificación de madurez digital, aumentaría el PIB entre 7 y 15 por ciento (entre 115 billones y 240 billones de dólares) para 2025. El crecimiento provendrá de una mayor productividad y empleo en los sectores existentes, la creación de nuevas empresas digitales, la expansión del sector digital y una transición exitosa de la fuerza laboral a estas nuevas industrias”.

El BID explicó que, de acuerdo con una encuesta hecha en México, cuatro de cada 10 trabajadores autónomos del sector creativo dejaron de generar ingresos durante la pandemia, pero que se abrieron oportunidades con las tecnologías digitales para rediseñar los modelos de negocio y migrar del consumo físico a lo digital y evitar el riesgo de que aumente la “polarización entre empresas modernas y el resto de la economía, imponiendo límites a la velocidad de la recuperación económica”.

La cooperación económica prevé organizar diálogos entre instituciones públicas como la Secretaría de Economía y las empresas privadas para “identificar retos y oportunidades, lograr certificaciones ambientales, cumplir las nuevas reglas de origen del T-MEC e impulsar la inserción de negocios a las cadenas globales de valor”.

jesus.rangel@milenio.com